Desde hace dos años, don Jesús “cosecha” el agua de lluvia para enfrentar la escasez del líquido que hay en la colonia La Polvorilla, en la alcaldía Iztapalapa.
Lo hace a través de un sistema de captación y filtrado de la lluvia que se almacena en tinacos, para después darle un uso doméstico. Es el programa “Cosecha de Lluvia”, implementado por la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema), para atender la escasez del líquido en zonas de la Ciudad de México.
Ante la crisis, la captación de lluvia se volvió una alternativa sustentable para resolver el problema de acceso y abasto en algunos hogares, por ello, la dependencia aplica este programa en Iztapalapa, Xochimilco, Tláhuac, Tlalpan, Milpa Alta, Gustavo A. Madero, Magdalena Contreras y Coyoacán.
Lee también: Dueños de pipas exigen renovación de contratos en Ecatepec; amenazan con bloqueos
“Nosotros tenemos 25 años con el problema del agua, no nos llega a la llave y, cuando a veces cae, llega muy sucia, amarilla, muy fea; la verdad nada más sirve para el baño porque no se puede lavar la ropa siquiera, nosotros no pagamos agua, por lo mismo de que no hay”, comenta don Jesús a EL UNIVERSAL.
Su vida y la de su familia cambiaron desde que cosechan agua. Lo mismo le sucedió a otros habitantes que han hallado en la lluvia de esta temporada una fuente de suministro del líquido para uso doméstico.
“Tuvimos que inscribirnos, salió un programa y a través de un comunicado nos enteramos que podíamos solicitar un Rotoplas [tinaco] de 2 mil 500 litros y nos inscribimos. El programa dilató, pero sí lo pusieron”.
Debido a su vulnerabilidad asociada a la escasez de agua, Jesús obtuvo este servicio totalmente gratuito, mientras que otras colonias con menor escasez de agua accedieron al programa con un subsidio de 50%, ambos amortizados por la Sedema. Además, la dependencia otorga capacitación para conocer el uso y mantenimiento adecuado que se le debe dar al sistema cosechador.
Lee también: Crónica. “Subir al Cablebús no me lo pierdo”
“El sistema es en la azotea, nos pusieron una tubería que baja el agua por gravedad y llega al tinaco, se nos llena y tenemos una bomba que también nos pusieron para de ahí pasarla a la cisterna, y la verdad sale el agua muy limpia, también tiene dos filtros para limpiarla en caso de que traiga basura, así que queda totalmente limpia”, explica.
Aunque para muchos la temporada de lluvias representa una época de riesgos, para los recolectores de agua es una gran oportunidad, pero las sequías como la de marzo pasado afectaron a los beneficiarios.
“Le hablábamos a las pipas y nos regalaban un cuartito de cisterna y había que estarlo cuidando, lo cuidamos lo más que se pueda y cuando vienen pipas a surtirnos les pedimos que nos llenen el Rotoplas y sí lo llenan, antes no, antes teníamos que pagar, no nos cobraban mucho pero 50 o 100 pesos sí les teníamos que dar y ahorita no”, sostiene Jesús.