Las cafeterías, fondas y chelerías en los alrededores de la zona cero, donde se colapsó una trabe de la (STC) Metro, sobre avenida Tláhuac, se convirtieron en el centro neurálgico de propios y extraños quienes luego de esquivar los retenes de seguridad, se instalan en las mesas que se colocaron sobre la acera y observan a detalle el espectáculo de la tragedia.

Del otro lado de la valla, se aprecian elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) agilizando el tránsito, personal de Protección Civil del Gobierno capitalino conminando a los curiosos a que no se acerquen por ser peligroso.

“Es una tragedia todo esto que pasó, pobre gente, de verdad. Ahora le toca a las autoridades ayudarlos, a todos los partidos políticos o los candidatos que ahora andan en campaña, que de verdad se vea que les interesa la gente y no sólo el voto”, explicó Ramiro, quien mientras tomaba una cerveza probaba su dron.

En el sentido de poniente a oriente de la avenida Tláhuac, otros curiosos se paraban frente a un altar que familiares de las víctimas y los sobrevivientes improvisaron sobre la acera.

Observaban a detalle las enormes grúas que bajaban los rieles y recogían los fierros torcidos.

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Desde la 8:00 horas de ayer, representantes de la Coordinación General de Investigación Forense y Servicios Periciales de la FGJ, de las secretarías de Obras y Servicios, de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil y del STC iniciaron el levantamiento de escombros, evidencia y la limpieza de la zona cero.

La jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, dijo que la idea es que en cinco semanas estén las causas de lo que ocurrió entre las dos columnas, pero la causa-raíz (análisis del proyecto ejecutivo, ejecución de obra y otras cosas que determina la empresa) se llevaría más tiempo, entre dos o tres meses.

La secretaria de Gestión Integral de Riesgos, Myriam Urzúa Venegas, informó que el peritaje que realiza la firma noruego-alemana, Internacional Det Norske Veritas (DNV-GL) tendrá un costo de 20 millones de pesos.