En punto de las 7:45 horas, Sandra Cuevas, alcaldesa de Cuauhtémoc, suspendida de sus funciones, arribó al Reclusorio Norte para encontrarse por segunda ocasión en una semana con la jueza Elma Maruri Carballo, quien le determinó las medidas cautelares.

Afuera ya la esperaban aproximadamente 500 personas con gritos de “¡Sandra es inocente!”, “¡Cuauhtémoc votó por ti!”.

Otros con pancartas y que llegaron en microbuses mostraban que venían desde Iztapalapa o Gustavo A. Madero.

Cuevas agradeció y dijo: “Estoy lista para todo”. Se enfiló y entró a las Salas de Oralidad.

Minutos después el espaldarazo llegó desde la Unión de Alcaldías de la Ciudad de México (UNACDMX). Adrián Rubalcava, titular de Cuajimalpa; Mauricio Tabe, de Miguel Hidalgo; Lía Limón, de Álvaro Obregón; Santiago Taboada, de Benito Juárez, y Luis Gerardo Quijano, de Magdalena Contreras.

El vocero de la UNACDMX, el edil de Cuajimalpa, pidió a la jueza “que le dé una oportunidad a los ciudadanos de Cuauhtémoc que eligieron una alcaldesa, que les permita que ella siga gobernando y desde aquí esperamos que el resolutivo sea favorable”, previo a la respuesta que daría Maruri Carballo, quien le mantuvo la suspensión del cargo.

La alianza PAN-PRI-PRD se hizo presente con dos de sus dirigentes: Nora Arias, del sol azteca, y el blanquiazul Andrés Atayde.

En las inmediaciones del Reclusorio Norte sus simpatizantes la esperaron. Mientras Cuevas, quien llegó con un vestido Carolina Herrera, rendía su declaración, los ciudadanos competían a gritos por quiénes se escuchaban más fuerte. Unos bromeaban y otros con pancartas: “Jefa de Gobierno, detenga la persecución política”. “Claudia Sheinbaum, alto a la persecución política”.

A las 11:45 horas, Cuevas salió de la Sala de Oralidad. Ya se sabía la decisión de la jueza, la vinculó a proceso por los delitos de robo, abuso de autoridad y discriminación contra dos policías. Dictó un plazo de dos meses para el cierre de la investigación complementaria, es decir, 60 días, y la pone en vilo de la salida del cargo.

Arropada, ahora sí, codo a codo de los integrantes de la UNACDMX y con megáfono en mano, Sandra Cuevas reiteró a los presentes que confía en las instituciones y en la justicia.

Entre empujones logró abordar su vehículo; los simpatizantes hicieron lo propio en sus micros y camiones.

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