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Pagos anuales de los operadores al gobierno por gastos de administración y de posibles daños al espacio público, seguros para usuarios, balizamiento para definir donde estacionar las bicicletas y patines eléctricos, educación e incluso multas a las empresas que no ordenen los vehículos mal estacionados, son ejemplos de las regulaciones que diversas ciudades de Estados Unidos y Austria han aplicado para ordenar el uso de transporte alternativo.
Expertos entrevistados coincidieron en que diversas ciudades del mundo, incluida la Ciudad de México, viven los mismos problemas de un incremento de estos vehículos y quejas de vecinos por bicicletas mal estacionadas, tiradas en las banquetas o los parques.
Al considerar que son una muy buena herramienta de movilidad, Manuel Antonio Soto Illanes, consultor en movilidad y gestión de demanda de transporte en Walker Consultants, en Seattle, Washing- ton ,dijo que en esa urbe, así como San Francisco, California, y Austin, Texas, se regularon este año las bicicletas, patines o scooters para que las empresas paguen a los gobiernos locales una tarifa anual por cada bicicleta que rentan.
“En Seattle me parece son 50 dólares al año por bicicleta. Si eres un operador con 5 mil bicicletas estarías pagando a la ciudad 250 mil dólares al año por operar la flota y la plata va para temas administrativos para vigilar que la operación sea adecuada, para hacer algunos mejoramientos en las banquetas, porque [las bicicletas] se dejan botadas en cualquier parte”, dijo el especialista, entrevistado en el marco del congreso internacional Walk 21 sobre ciudades caminables, realizado en Bogotá, Colombia el mes pasado.
En el caso de los scooters, la regulación exige que cuenten con seguros “para que la empresa se haga responsable en caso de que un usuario caiga o tenga un accidente porque el scooter estaba en mal estado o no estaba operando bien”, detalló.
Manuel Soto añadió que la regulación ordena además a los operadores educar a sus usuarios sobre los sitios donde pueden o no dejar las bicicletas; gestionar espacios públicos para aparcar y que compartan los datos generados por los viajes de sus vehículos para usarlos en estrategias de planificación y toma de decisiones.