El semáforo rojo por Covid-19 en la Ciudad de México tampoco detuvo a los feligreses en el último día 28 de este 2020 para acudir a la iglesia de San Hipólito, pero su estancia fue breve, pues policías capitalinos los quitaron de la entrada y de inmediato instalaron un cerco para evitar congregaciones.
Ayer, los devotos de San Judas Tadeo arribaron al atrio de dicho recinto, con figuras y collares.
A las personas no les importó que no estuvieran permitidas las congregaciones por el semáforo rojo. Llegaron y se pusieron a orar. Sin embargo, minutos después, elementos de la policía capitalina desplegaron un operativo para retirarlos.
Entre enojos e insultos, los feligreses se replegaron a un costado, pues en un primer momento no hicieron caso a los policías.
“La jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, es la que hace todo esto [retirarnos]. Estábamos afuera, como todos, no queríamos entrar y nos quitan”, indicó uno de los feligreses.
Otros argumentaron que únicamente habían arribado a la iglesia para orar y que después se retirarían, pero que la policía capitalina no les había permitido continuar con su devoción.
EL UNIVERSAL consultó a las personas que estaban en San Hipólito para saber por qué habían acudido, si la Ciudad está en color rojo. Respondieron que guardaban sana distancia y que se apegaban a las medidas de sanidad: “Estábamos guardando sana distancia, ahora sí. Ahora ya tengo que retirarme, qué hago aquí”.
Los uniformados comenzaron a desalojar la zona, intentaron entablar conversación con las personas para exhortarlas a permanecer en casa; sin embargo, la negativa de los congregados los llevó a acordonar la zona.
El señor Ignacio fue una de las personas más molestas con la policía, pues les debatía que ellos también se estaban congregando y que no usaban cubrebocas.
“¿Por qué me voy a retirar?”, les decía, mientras los oficiales le respondían que era por su seguridad debido al Covid-19.
Luego de varios minutos, de un camión de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC-CMDX) los oficiales comenzaron a bajar vallas metálicas con las que cercaron el atrio de San Hipólito.
Policías de tránsito comenzaron a hacer cortes a la circulación y con un altavoz pedían a las personas que se retiraran, sin importar las groserías que recibían.
EL UNIVERSAL también realizó un recorrido por las calles del primer cuadro de la Ciudad y observó que Avenida Juárez, una de las más transitadas, estaba con vallas metálicas y que a nadie se le permitía el ingreso.
Hasta Eje Central se notó mayor concentración de personas, pero iban de paso e ingresaban al Metro o esperaban el arribo del Trolebús. Madero también fue cerrada, por lo que ya no se permitía la salida, según el plan para evitar las congregaciones.