CDMX

“Yo pensé que ya estaba temblando”

Acumulación de gas provoca explosión en una vecindad de Santa María la Ribera

El estallido ocasionó el derrumbre de la barda de la construcción sobre la calle Alzate, además se rompieron las ventanas de las viviendas. (ANDREA AHEDO. EL UNIVERSAL)
06/05/2018 |00:16Andrea Ahedo |
Redacción El Universal
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El suelo bajo sus pies y las ventanas cercanas se cimbraron. “¡Yo pensé que estaba temblando!”, dijo una mujer con el rostro entre sus manos. Los vecinos la escuchaban, “se oyó una explosión muy fuerte y yo vine corriendo, porque aquí vive una amiguita, pero ella está bien”, comentó otra señora.

Más de cincuenta personas se aproximaron detrás de las cintas amarillas que colocaron policías alrededor de una vecindad de dos pisos en la esquina de Cedro y Alzate, en Santa María la Ribera. Los bomberos, mientras tanto, recargaron una escalera en la barda principal para preguntar si había heridos.

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Fue alrededor de las 4 de la tarde, la acumulación de gas en la planta baja provocó una explosión: la barda de la vecindad, sobre la calle Alzate se derrumbó totalmente, las ventanas de los 20 departamentos se rompieron, la fuerza de la detonación ocasionó que la reja del estacionamiento de la unidad de enfrente se doblara y rompiera los parabrisas de dos autos.

Más de 15 elementos del cuerpo de Bomberos sacaron los cilindros con gas que quedaban dentro del edificio, preguntaron a los vecinos si sabían de alguien que pudiera permanecer adentro y otros sacaron en camilla a Jorge, un vecino de 60 años que estaba dentro del lugar cuando estalló y sufrió una fractura en la pierna izquierda.

El hombre fue trasladado a un hospital en Polanco por paramédicos del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas; mientras que otras cinco personas fueron atendidas en el lugar por una crisis nerviosa.

Los vecinos llegaron poco a poco pero no las dejaron pasar a ver a los habitantes del lugar porque los bomberos trabajaban dentro, entre los escombros y los pasillos de la vecindad. “Me quedé sin casa” lloraba una mujer, y otros contaban a sus mascotas que andaban en la calle.

Doña Otilia, llorando, agarró a su perrita y los vecinos le dieron unas croquetas para que se estuviera quieta; de su departamento un bombero sacó una palangana roja con una tortugas y una pecera; pero le faltaba otro can: “estoy buscando a Princesa, mi perrita de color negro que salió corriendo con la explosión”.

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