El ataque ocurrió a menos de 10 calles del Palacio Nacional presidencial y de la sede del Gobierno de Ciudad de México.
Seis personas murieron por este ataque que ya es considerado como uno de los más graves de la escalada de violencia registrada en Ciudad de México en el último año.
Es una situación que tiene como protagonista a una banda de delincuentes: la Unión de Tepito.
La disputa entre dos facciones de esa organización, la más poderosa de la actualidad en la capital mexicana, ha generado niveles y formas de violencia no vistos en la ciudad.
Guerra entre facciones
En junio pasado, restos de cuerpos desmembrados fueron esparcidos cerca de la unidad habitacional Tlatelolco, un crimen atribuido a la disputa en la Unión Tepito.
"Es un conflicto que ha ido en escalada y creo que se trata de un conflicto que difícilmente podrá resolverse en el corto tiempo", dice Víctor Sánchez, especialista en seguridad pública.
En mayo, dos cadáveres fueron encontrados en contenedores de basura y en los últimos días de agosto 15 personas fueron asesinadas, en ambos casos presuntos miembros de ambas facciones.
La aparente tranquilidad de Ciudad de México, que se había mantenido ajena a la disputa entre carteles de la droga que hay en otras regiones del país, se ha resquebrajado en los últimos meses.
El origen y la ruptura
La Unión Tepito fue formada por los hermanos Francisco "Pancho Cayagua" y Armando "el Ostión" Hernández Gómez a finales de los 90.
Surgió en Tepito, uno de los barrios más antiguos de Ciudad de México, el cual ha sido considerado como un foco rojo durante décadas y centro de venta de mercancía de contrabando más grande de la urbe.
Por su peligrosidad, se le conoce como el "barrio bravo" de Tepito.
La banda de los Hernández con los años pasó de cometer secuestros y cobrar extorsiones a comercios -el llamado "cobro de piso"- a la venta de drogas, señala el investigador Víctor Sánchez.
"Entrar al negocio de la venta de droga le permite crecer como organización".
Y para eso se alió en distintos momentos con poderosos carteles, como el de Sinaloa, el de los hermanos Beltrán Leyva, y en la actualidad el poderoso Cartel Jalisco Nueva Generación.
Este último se hizo del control de la organización cuando "Pancho Cayagua" estuvo en prisión entre 2016 y 2017.
Y el punto de quiebre entre dos facciones llegó cuando el fundador del grupo "Pancho Cayagua" fue asesinado en octubre del año pasado.
"Este tránsito entre el dominio de Hernández Gómez y su familia, y la toma de poder por parte de 'El Betito', genera que muchos líderes de la organización estén en desacuerdo. No se alinean a 'El Betito'", explica Víctor Sánchez.
Garibaldi, la "mina de oro"
El asesinato de "Pancho Cayagua", atribuido a hombres de "El Betito", no solo fue un cisma en la Unión de Tepito, sino que también fue el principio de una oleada de violencia en Ciudad de México.
La escisión del grupo llevó a la formación de la Fuerza Anti Unión Tepito o FAU.
Los asesinatos de finales de agosto se dieron después de que "El Betito" fuera detenido, lo que elevó la disputa por el control de la Unión Tepito a un nuevo nivel como se vio en la Plaza Garibaldi.
El periodista Héctor de Mauleón, un investigador de estos grupos, señala que Garibaldi es un espacio muy disputado por ambos bandos.
"Debe ser una mina de oro, en términos de que el alcohol corre las 24 horas y la venta de drogas también. Hay cobro de piso a los comercios, a los ambulantes. Es un lugar que genera una cantidad importante de dinero", dijo en entrevista con Aristegui Noticias.
Jorge Flores, "El Tortas", se convirtió en la cabeza de la Fuerza Anti Unión y principal rival de "El Betito".
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Él y sus subalternos eran el objetivo del ataque de hombres vestidos de mariachi en la plaza Garibaldi del viernes, indicó el jefe de la policía de Ciudad de México.
"Esto es derivado del mismo pleito. En este caso iban tras los (hombres) del sujeto que encabeza la Anti Unión, que sí estaba ahí cerca", dijo a la prensa el secretario de Seguridad Pública, Raymundo Collins.
BBC Mundo solicitó información a la fiscalía de Ciudad de México, encargada de la investigación, pero no hubo una respuesta inmediata este miércoles.
La cadena de violencia
Además de los asesinatos de este año, desde 2015 han ido en aumento las denuncias por extorsiones de dueños de restaurantes, bares y clubes nocturnos del centro de la ciudad, en los dominios de la Unión de Tepito.
Pero también en las zonas de moda muy concurridas por personas de ingresos medios y altos, como La Condesa y Polanco.
"Hay una serie de comerciantes o de grupos de restaurantes en centros nocturnos que ya pagan derecho de piso de manera recurrente".
La ruptura en el grupo llevó a la disputa violenta por cerca de 2.000 puntos de venta de droga, según fuentes de inteligencia de la fiscalía local citadas por el diario El Universal.
"La Unión y la Anti Unión, nos están generando una gran violencia de lo que están haciendo, están rebasando límites donde la misma sociedad ya se ve afectada", reconoce el jefe de la policía, Raymundo Collins.
A pesar de que Ciudad de México tiene miles de cámaras de seguridad en las calles y el mayor número de policías por cada habitante del país, según cifras oficiales, la disputa por la Unión Tepito no ha sido contenida, dice Víctor Sánchez.
"Se trata de un proceso incipiente de violencia que vivieron ciudades como Tijuana o Acapulco", advierte.
"Pero lo preocupante es que se trata de una ciudad con muchísima más población, con un mayor impacto económico, y es el escaparate de México ante el mundo".