El calor, la falta de sana distancia y la espera por más de 20 minutos de unidades RTP fue lo que predominó este sábado en el servicio de transporte emergente de la Línea 2 del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, que se tiene previsto reinice operaciones mañana tras 30 días de no funcionar por el incendio en una subestación eléctrica.
“Es un hervidero de piojos, estos lo quieren retacar bien [de personas], allá adentro hace un calorón, por eso esto [la pandemia por el Covid-19] no se va a acabar”, comentó Salvador, un usuario afectado.
EL UNIVERSAL recorrió la ruta que toman las unidades del servicio emergente para constatar el tiempo de traslado de los usuarios, ante el hecho de que la Línea 2 aún no opera.
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El tiempo de traslado de Tasqueña a Cuatro Caminos es de aproximadamente una hora con 40 minutos, el cual puede aumentar según el flujo de gente.
Usuarios esperan que sus tiempos de traslado sean menores desde el próximo lunes.
La complejidad de los viajes para las personas ha ido en aumento, según contaron, pues hay días en los que el servicio es rápido, y otros en los que el largo tiempo los ha llegado a desesperar, más en horarios pico.
En la terminal de Tasqueña, las filas eran largas bajo el sol, pero el tiempo de espera era muy poco.
Cada dos minutos era el tiempo de corrida de las unidades. Policías capitalinos, a través de megáfonos, trataban de organizar a las personas y las exhortaban a que usaran cubrebocas y que estuviera cubriendo boca y nariz.
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Les pedían que sacaran las manos para que les colocaran el gel, pero la aglomeración era inevitable, pues algunas unidades se iban llenas.
“Si lleva prisa, aborde esta unidad”, repetían los uniformados bajo los rayos del sol, que la tarde del sábado se percibieron insoportables.
Al respecto, trabajadores del STC Metro señalaron que las estaciones que siempre tienen carga de usuarios son Tasqueña, Chabacano, Tacuba, así como Cuatro Caminos.
Justo en Chabacano, el número de personas era grande, pues muchos utilizan esta zona para comercializar productos o hacer entregas, lo que genera un corredor para el intercambio de mercancías diversas, desde ropa, bolsas o calcetines.
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No sólo eso, el caos vial es fuerte en la zona, por lo que elementos de la Subsecretaría de Tránsito fueron desplegados para tratar de agilizar la vialidad, lo cual es complicado.
Usuarios consultados en Chabacano dijeron que esperaban las unidades de RTP hasta 20 minutos y que algunas llegaban llenas, por lo que debían esperar.
Esta misma situación se observó en la estación Garibaldi. Aquí, las filas se hacían largas hasta el Eje Central.
“Acá va la fila, oficial, no se vale”, gritaban mujeres al ver que los policías dividían la fila para hacer subir de inmediato a los usuarios a los camiones.
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“Me hago 40 minutos de Garibaldi a Cuatro Caminos, cuando en el Metro era más rápido, ya espero que el lunes no lleguemos tarde a nuestros destinos”, aseguró una señora a punto de subir.
En Hidalgo, la situación no mejoró, pues los usuarios tenían que esperar más tiempo, aunque aquí la sombra jugaba a su favor y no tenían que estar tanto tiempo expuestos a los rayos.
Aunque la espera era larga, al final los usuarios encontraban el momento para subir, aunque fueran apretados, sin sana distancia y con el Covid-19 en el servicio emergente.