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Una tienda de abarrotes y una farmacia en el barrio de San Diego, Xochimilco, sirven de fachada para las operaciones criminales del grupo de Los Rodolfos, liderada por Rodolfo Rodríguez Morales, El Gordo.
Un informe al que tuvo acceso EL UNIVERSAL da cuenta de ello, en donde se establece la estructura familiar de Rodríguez Morales y su organización, quienes son considerados por las mismas autoridades como “generadores de violencia en el sur de la ciudad”.
La disputa por expandir su territorio, más allá del remanente del Cártel de Tláhuac, ha dejado ejecuciones por ajustes de cuentas desde febrero de este año, pues buscan abarcar territorios colindantes con la alcaldía Xochimilco, como Valle de Chalco, en el Estado de México, así como con Morelos.
En el documento se puede ver que la base estructural de este grupo delictivo está conformada por familiares de Rodolfo Rodríguez Morales, quien estuvo preso por robo a transeúnte con violencia en 2010.
Así, debajo del líder de esta organización se encuentra su hermano, César Rodríguez Morales, quien, a decir de las autoridades, es el encargado de organizar toda la venta en el Barrio de San Diego; una de sus hermanas, identificada como Fanny, es la que administra los locales comerciales de la familia.
El resto de los familiares estarían encargados de organizar las dosis de marihuana y clorhidrato de cocaína que se reparten a las células de narcomenudistas.
Por debajo de la estructura familiar se encuentran las cabecillas de Los Rodolfos, narcomenudistas que controlan el tráfico de drogas en lo que se conoce como el Triángulo del Sur de la capital del país, mismos que las autoridades tienen identificados como: Iván “N”, Raúl “N”, El Oso, Alex “N” y Kevin “N”, este último reconocido como mano derecha de El Gordo, de acuerdo con el documento citado.
EL UNIVERSAL, en su edición del 18 de junio, dio cuenta que 16 “bandas familiares” o grupos delictivos dedicados a la venta de drogas al menudeo, secuestro, extorsión y robo en todas sus modalidades, según un reporte de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC-CDMX) y la Policía de Investigación de la procuraduría capitalina.
Dichos grupos han hecho alianzas con organizaciones dominantes, como La Unión Tepito y el Cártel de Tláhuac; sin embargo, no es el caso de Los Rodolfos, quienes se disputan las calles con la banda que encabezó el abatido Felipe de Jesús Pérez, El Ojos.
En Xochimilco todos saben quién vende. El alcalde de Xochimilco, José Carlos Acosta Ruiz, dijo que hay muchos grupos en la demarcación que se dedican al narcomenudeo y que él no lo encasillaría en uno solo.
“En cada pueblo, cada gente, cada vecino sabe quiénes venden, quiénes son, dónde están, a qué hora salen, a qué hora se mueven, en qué se mueven y con quiénes se juntan. No es un asunto privativo de un grupo, quizá nexos, pero eso es tarea de la procuraduría y el área de Inteligencia de la Secretaría de Seguridad Ciudadana. Nosotros no tenemos, primero, personal; segundo, armas, y tercero, equipamiento, para hacerle frente a este tipo de delitos que, además, salen de nuestra esfera de competencia”.
