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Miles de civiles y decenas de organismos privados desconocen el destino de las herramientas que donaron o prestaron cuando concluyó la fase de emergencia del 19-S. EL UNIVERSAL investigó el destino que éstas tuvieron y encontró que: uno, es imposible cuantificar el total de herramientas donadas durante la emergencia. Dos, que actualmente una parte se localiza en centros de acopio que, aseguran, las enviarán a proyectos de reconstrucción en provincia.
Colonia del Valle
El 19-S la cantidad de herramientas que llegaron a zonas cero fue mayor que la propia organización de esos lugares. El tamaño de la emergencia, la ausencia de un puesto de mando, la tardanza para su instalación, más la justificada inexperiencia de civiles en estos casos provocaron que la entrega de palas, picos, barretas, marros, cascos, chalecos, botas con casquillo y guantes (entre otros) se hiciera a quien lo pidiera, basado en un voto de confianza.
Fue hasta el miércoles 20 y jueves 21 que los voluntarios comprendieron que para poder ayudar en el mayor número de zonas posibles debían administrarse. Mónica Patiño, de Sismo 2017 MX, explicó: “A quien llegaba a pedirlas se le tomaba fotografía y número de WhatsApp; pedimos enviarnos foto de la entrega a los afectados. Herramienta que llegaba, salía. La mitad se fue a zonas cero, 10% se mandó a Oaxaca. Al final, entregamos el resto al centro de acopio Tangañica 67”.
No obstante, durante la emergencia aquí hubo letreros que decían: “Por favor, no te lleves la herramienta, la necesitamos para salvar más mexicanos”. E incluso hubo quien no encontró dos plantas de luz que prestó para trabajos nocturnos.
En el punto de acopio de la calle Pilares, un brigadista (quien solicitó resguardar su identidad) relata que personal de “gobierno” y diputados de tres partidos políticos se llevaron herramientas básicas y especializadas, asegurando que las trasladarían a otras zonas.
Tornel 34 (antes Acopio Parque México)
Se ubica en la colonia San Miguel Chapultepec; Alejandro Ortiz, responsable de prensa, cuenta que también entregaron instrumentos comprobando su entrega vía WhatsApp. Luego implementaron un sistema de solicitudes.
“Recibimos mil 21 toneladas de donaciones, calculamos que la tercera parte fue de herramientas. De esta parte, 70% se envió a otras zonas cero y conservamos el resto para apoyar planes de reconstrucción”.
Multifamiliares Tlalpan
Es el único punto donde los damnificados conservan y administran parte de las herramientas que les fueron donadas. Se encuentran bajo llave en una pequeña bodega y Javier Martínez, vecino del edificio 3C, es el encargado. “Fue mucha la ayuda que llegó y no se pudo inventariar. Hubo un grupo encargado de concentrarla y dársela a la gente, pero muchos no la regresaron y se perdió”.
Álvaro Obregón 286
La frase “yo soy el líder” confrontó al grupo de civiles (entre los que hubo mexicanos y extranjeros) encargados de este centro de acopio en el que hubo cuatro puestos de herramientas. La información recopilada indica que entre el 23 de septiembre y 10 de octubre los roces surgieron por competencias de liderazgo. Los argumentos iban desde: “Yo estoy aquí desde el 19 y no me he ido” hasta: “Tengo más días sin dormir que tú y estas herramientas me las donaron a mí”.
En ese grupo estuvo Gisela Franco, de nacionalidad argentina, así como los mexicanos Raymundo Coronado y Rodrigo Barrios. En entrevista, Gisela narra: “Éramos al menos 10 los encargados de tomar decisiones. Pero no hubo conflictos entre nosotros; sólo eran momentos tensos porque un grupo de gente externa quiso opinar sobre cómo hacer las cosas sin haber estado al menos un día completo”.
EL UNIVERSAL contactó con Gerardo Hernández, un voluntario ajeno al grupo que estuvo allí varios días. “Fui enlace de herramientas, muchas llegaron a su destino, pero otras desaparecieron porque se desbordó la ayuda y no hubo orden. Me molestó muchísimo conseguir instrumentos muy especializados que luego desaparecieron. Hubo mucho gandalla; los voluntarios me decían: ‘Vino Juan y se llevó tal y tal’, y nunca supimos quién fue Juan. Quien donó o nos prestó equipo, me llamaban para decirme: ‘Te mandé tal y tal, lo recibió Pedro’ y tampoco lo encontramos”.
Dos motosierras industriales también se extraviaron ahí y él cree que esto ocurrió en la noche o madrugada, cuando el número de voluntarios se reducía considerablemente.
La noche del 4 de octubre hubo dos conflictos porque cuando se levantó el campamento la secretaría de Movilidad (Semovi), designada por el gobierno capitalino como responsable del lugar, informó a los civiles que a partir de ese momento administraría las herramientas. Pero el grupo se opuso.
Uno de estos civiles (quien solicitó reservar su nombre) relató haber presenciado cuando personal del “gobierno” entró a dos carpas diferentes, donde había equipo y herramientas especializadas que fueron sacadas en mochilas y vehículos. No obstante, Raymundo Coronado niega esta versión y afirma que “se perdieron cosas porque los voluntarios se las llevaron, calculamos que de cada 50 que llegaban en una hora, 30 se llevaron puestas botas, chalecos, cascos y herramientas”.
El segundo conflicto surgió cuando el propio grupo de coordinadores civiles no logró ponerse de acuerdo respecto a qué hacer con las herramientas que quedaron. Sismo 2017 MX los apoyó con doce vehículos que —según video e inventario proporcionado a EL UNIVERSAL— incluyó mil 440 lámparas, 969 palas, 246 picos, 107 barretas, 101 marros, 32 discos de sierra industrial, 17 gatos y cuatro rotomartillos, entre otros artículos.
Para resguardarlos, Tornel 34 les facilitó un espacio dentro de su propio centro de acopio; no obstante, los problemas entre coordinadores continuaron. Por esa razón, Sismo 2017 MX pidió a Barrios una carta que los deslindara de cualquier responsabilidad legal por haber ayudado durante el transporte, mientras que Tornel 34 emitió un comunicado aclarando que guardar las herramientas no significaba poder disponer de ellas.
Hoy estas herramientas se encuentran en una pequeña bodega de la calle Durango número 263. Es mucho menos de las que se descargaron en Tornel 34 el 5 de octubre y están bajo resguardo de Raymundo Coronado, quien mostró el lugar a EL UNIVERSAL. “Formamos un comité de cinco personas entre los que están Chocke Correa, de Sismo 2017 MX, y Paramanand Kaur, de Tornel 34. Estamos trabajando proyectos en conjunto.
Consultado al respecto, Chocke Correa refiere que su inclusión al grupo es informal y que no ha participado en la toma de decisiones. Mientras que Paramanand Kaur respondió que más que ser parte del grupo es sólo una observadora dentro del mismo.
Tangañica 67, Polanco
Livia Barba es la manager de logística y confirma que al inicio la entrega de herramienta fue caótica. “Teníamos que confiar en quienes nos pedían porque en todos lados hacía falta. Nos enviaron fotos que comprobaban la entrega y tuvimos que confiar en eso. No dimos nada al gobierno, instituciones, organizaciones, asociaciones ni iglesias. Al principio decidimos abastecer lugares remotos fuera de CDMX, porque consideramos que la ciudad podía abastecerse sola”.
Aquí también se implementó la entrega mediante una solicitud, pues a la larga fue difícil confiar en los chats de herramientas creados en diversas zonas cero para informar de sus necesidades materiales. “Aquí funcionamos porque nunca hubo un líder supremo y las decisiones se tomaron en grupo, cruzando información y por intuición”.
El equipo que tienen es considerable y Livia dice que lo llevarán a diversos proyectos de reconstrucción. “Recibimos mucho de otros centros de acopio y como afuera hubo muchas luchas de ego, el acuerdo fue recibirles sus cosas en calidad de donativo. A nosotros nos prestaron un foro así que al estar en propiedad privada nadie pudo venir a llevarse nada”.
Rébsamen , Zapata y Petén
La información obtenida señala que los trabajos de rescate del Colegio Rébsamen, en Villa Coapa, quedaron bajo el mando de la Marina y no de civiles, por lo que se presume que las herramientas quedaron en sus manos. En el edificio de Zapata y Petén no hubo un mando específico. Voluntarios relatan que aunque la policía intentó asumir el control del lugar y de las herramientas, los civiles no lo permitieron.