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david.fuentes@eluniversal.com.mx
A mediados de julio de 2017 la delegación Tláhuac cobró relevancia por ser el único lugar donde la Secretaría de Marina-Armada de México ingresó para abatir a Felipe de Jesús Pérez Luna El Ojos, principal líder de la banda de narcomenudistas del lugar.
Ese evento, a decir del delegado interino, Arturo Medina Padilla, estigmatizó a la demarcación, pues ahora cuando se googlea Tláhuac lo primero que aparece son temas relacionados con ese grupo delictivo, violencia y drogas.
Sin embargo, asegura Arturo Medina, no es así. Antes de ese evento, Tláhuac ocupaba el lugar 10 del ranking en la incidencia delictiva de la Ciudad de México, actualmente está en el cuarto sitio.
“La delegación se ha estigmatizado, Tláhuac no es violencia, drogas o cárteles. Lo que sucedió fue un evento aislado que se combatió y se busca erradicar todo lo relacionado con El Ojos. Te puedo mencionar que no tenemos ningún registro de que alguna persona allegada a él o un familiar esté trabajando en la delegación”, precisa el funcionario.
No obstante, reconoce que se han registrado brotes de violencia, sobre todo en las fronteras con las delegaciones Xochimilco, Iztapalapa y el Estado de México.
“Se trabaja con lo que se puede, pues no hay muchas maneras de garantizar seguridad.
“Nos hace falta más seguridad, más personal, en eso nos vemos limitados. Lo he manifestado a las autoridades, 300 policías para toda la delegación resulta insuficiente, pero es lo que nos mandan y se trabaja con eso. Aquí la gente no quiere esa situación [de violencia], no queremos drogas o algo relacionado con los cárteles”, comenta Medina.
Enfatiza que el tema de la inseguridad le preocupa, sobre todo en las nuevas generaciones.
Tras un recorrido por la colonia La Conchita Zapotitlán —donde fue abatido El Ojos—, el delegado interino explica a EL UNIVERSAL su programa para alejar a los niños y jóvenes de la delincuencia.
Ahora se busca “cambiar la realidad de los menores, para que se den cuenta de que tienen posibilidades de salir adelante a través del arte y el deporte. Buscamos alejarlos de las drogas, de la violencia y de la narcocultura, con un programa similar al que se aplicó en Ciudad Juárez”.
Actualmente en las Escuelas para la Vida y la Paz, 6 mil niños y jóvenes practican algún deporte o actividad cultural y aprenden más del arte. Dice que todos están alejados de las drogas y han mejorado su entorno, según el resultado del estudio que se realizó el mes pasado.
En seis meses invirtieron 20 millones de pesos y si siguen a ese ritmo, afirma, a finales de este 2018 atenderán a 15 mil niños.
“Los más contentos con el programa son los padres, se dan cuenta de que la delegación se preocupa por ellos, para alejarlos de la narcocultura, de las drogas y la violencia, a los niños y jóvenes se les quita las vendas de los ojos, se les abre un abanico de oportunidades.
“Hemos detectado casos de éxito, niños que no sabían que tenían talento tocando un instrumento o en un deporte, porque no tenían la posibilidad de hacerlo”, menciona.
El programa se implementó hace cuatro meses, pero ante el proceso electoral en puerta, Arturo Medina hace un llamado a los candidatos a no dejar de lado el trabajo que se realiza con las nuevas generaciones, pues con el cambio de gobierno se corre el riesgo de que se modifiquen las políticas públicas que sí han dado resultados.