Propietarios de viviendas y comercios del inmueble en riesgo de colapso ubicado en Concepción Beistegui 1503 , colonia Narvarte , continúan a la espera del inicio de las labores de demolición , a pesar de que el arranque de dichas labores sería hoy, según el anuncio del gobierno capitalino.
"Escuchamos la noticia por la mañana, esperábamos que la compañía de luz entrara a quitar el cableado, llegara maquinaria pero no se dieron las cosas", dijo Alejandro Garibay, propietario de la tienda de abarrotes Algaca, ubicada en la planta baja, cerrada igual que los otros cinco negocios que había en la planta baja del condominio.
Después de las 16:30 horas llegaron representantes de una empresa contratista y de la Secretaría de Obras y Servicios ( Sobse ), quienes sólo observaron el inmueble de seis pisos e hicieron comentarios entre ellos.
Por la mañana, el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera había informado que en éste y otros dos inmuebles ya había arrancado el proceso para derribarlos.
Jorge Martínez, residente del edificio, expresó que tras hablar con los representantes de la empresa contratada fue informado que la demolición tardará una semana aproximadamente y para ello se emplearán a unos 50 trabajadores, pues dicho proceso se hará principalmente de forma artesanal.
"Nos van a permitir que saquemos nuestras pertenencias, porque no hemos podido sacar nada. Comentan que primero van a apuntalar para que sea seguro el acceso a los trabajadores y así también podamos entrar", comentó Jorge Martínez.
Los vecinos pidieron que el proceso de demolición fluya lo antes posible por el riesgo que representa y plantearon la necesidad de acceder a algún apoyo para reconstruir sus viviendas y negocios.
Entre los afectados también está Enrique Alcántar, quien trabajaba en la tintorería La Docena, en la planta baja y que ahora decidió continuar con su labor en el campamento, donde plancha la ropa de los clientes.
"Si Dios nos brinda una segunda oportunidad, hay que saberla aprovechar", comentó el trabajador.
Margarito Juárez atendía una de las dos estéticas establecidas también en el edificio de la esquina de Concepción Beistegui y Yácatas, el cual se colapsó parcialmente.
"Cada vez que volteó a ver la cortina de mi negocio, me imagino como si fuera una persona más esperando a ser rescatada", dijo don Margarito, quien tenía 37 años en su local y 50 años de trabajar en la cuadra.
pmba