CDMX

“Si estuviera solo, quién me avisa que está temblando”; así vivieron alumnos sordos el sismo en CDMX

Jóvenes con discapacidad auditiva, del Conalep Iztapalapa III, narran en lengua de señas cómo vivieron el sismo del 19 de septiembre de 2017; este plantel es el único en la CDMX que cuenta con alarmas visuales

De izquierda a derecha: Ángel, Sandra y Yazmín Citlalli, alumnos sordos del Conalep Iztapalapa III. Fotografías: Eduardo Dina / EL UNIVERSAL
19/09/2019 |23:14
Redacción El Universal
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“La verdad me asusté, tenía mucho miedo. Para mí fue algo sorpresivo”, narra en lengua de señas Yazmín Citlalli sobre el sismo del 19 de septiembre de 2017 .

La estudiante del Conalep Iztapalapa III , único campus inclusivo para sordos en la Ciudad de México , recuerda que a las 13:14 horas estaba en el laboratorio de cómputo y se percató que temblaba porque algunas cosas se movían.

Aunque en ese centro educativo la Embajada de Estados Unidos donó cuatro alarmas sísmicas visuales que emiten una luz en caso de sismo -3 instaladas en salones y una en un pasillo-, la estudiante y sus compañeros sordos no fueron advertidos del movimiento porque en el laboratorio de cómputo no están instalados este tipo de avisos, además de que en la Ciudad de México no sonaron las alarmas sísmicas .

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“Nosotros estábamos en el laboratorio y ahí no hay alarma visual, solamente movieron las manos dándonos la indicación de salirnos, eso para mí fue una señal”, refiere.

Al estar en un salón integrado con compañeros oyentes, Yazmín Citlalli se dio cuenta que ellos comenzaron a evacuar, por lo que salió en orden para incorporarse a las áreas de seguridad designadas, aunque en la salida tropezó.

Yazmín y sus compañeros sordos forman parte del 6% de la población mexicana con discapacidad, de acuerdo con el informe “La discapacidad en México” del Instituto Nacional de Estadística y Geografía ( Inegi ) de 2014.

“Si estuviera solo, quién me avisa que está temblando”; así vivieron alumnos sordos el sismo en CDMX

Los problemas auditivos se encuentran en cuarto lugar de las ochos categorías que existen y en la Ciudad de México, la alcaldía Iztapalapa tiene el mayor índice de discapacidad por su número de población.

El 20.5% que vive en esta demarcación tiene alguna discapacidad y dentro de este índice el 16% padece problemas auditivos.

“Lo que pasó el 19 de septiembre de hace dos años, para nosotros fue una experiencia trágica.

“Imagínate que alguien esté solo en casa, en un departamento, ¿Quién le va a avisar que está temblando?, ¿Cuál es la alarma? o ¿Cuánto tiempo le daría para que pueda evacuar? ”, reflexiona la estudiante de Informática.

De acuerdo con el Centro Nacional de Prevención de Desastres , al ser México un país de alta sismicidad, se estima que una tercera parte del país --39 millones de personas-- está expuesta a sismos severos.

Yo estaba de espaldas. No pude ver al intérprete

Para Ángel , también estudiante de Informática en el Conalep de Iztapalapa , el sismo del 19 de septiembre de hace dos años fue “muy impactante”. Recuerda que en el laboratorio de cómputo vio cómo sus compañeros se empezaron a levantar de sus máquinas, al momento que él sintió las vibraciones.

“Sí fue algo muy fuerte, para mí fue algo que me dejó marcado, pero lo cierto es que no había nada que nos avisara a nosotros como personas sordas.

“Yo estaba de espaldas y no pude ver al intérprete . Entonces lo último que hicimos fue evacuar y tocarnos para alertarnos que estaba temblando”, expresa en lengua señas el estudiante.

Al respecto, Ángel indica que deberían instalarse más alarmas visuales en lugares específicos, pues en su experiencia del sismo del 19 de septiembre, estas señales aún son insuficientes dentro del plantel.

“Si estuviera solo, quién me avisa que está temblando”; así vivieron alumnos sordos el sismo en CDMX

El alumno señala que si bien los estudiantes oyentes escuchan la alerta sísmica, lo único que hace la comunidad sorda es avisarse entre ellos cuando alguien se da cuenta que hay una emergencia.

“Ya sabemos qué hacer. No correr, ir despacio hasta los puntos de reunión con educación”, apunta.

Sandra

, ahora estudiante de primer grado del Iztapalapa III, recuerda que hace dos años estaba en la secundaria y vio cómo durante el sismo se empezaron a despegar las paredes, luego de que su grupo de compañeros sordos sintieron el movimiento.

Explica que como hipoacúsica , ella todavía alcanza a percibir algunos sonidos por lo que puede ayudar a sus compañeros sordos.

“Muchos maestros de los que estaban ahí sintieron miedo. Tuvieron que dejar sus actividades para salir rápido. Cuando empezaron a sentir que estaba el sismo en automático todos salieron. Se bloquearon.

“Se empezaron a derrumbar parte de algunos muros. Como siempre, se hacía mucho relajo, querían salir al mismo tiempo. Cuando vimos que se empezaron a despegar, corrimos lo más rápido posible”, recuerda.

“Si estuviera solo, quién me avisa que está temblando”; así vivieron alumnos sordos el sismo en CDMX

“Me caí y me fracturé un poquito, pero ya tenemos una idea de cómo actuar“, añade la estudiante de este Conalep .

Yazmín Citlalli

, Sandra y Ángel Abel coinciden en que son necesarias las alarmas visuales para sordos en más espacios públicos, además de que las autoridades escolares deben difundir más información sobre el funcionamiento de este tipo de avisos que otros estudiantes, docentes y trabajadores desconocen.

Ante la falta de este tipo de alarmas preventivas en sus casas, escuela o lugares de trabajo, algunos estudiantes del Conalep han construido sus propios sistemas caseros, que al registrarse algún movimiento se enciende un foco que los alerta.

Asimismo, los estudiantes sordos han descargado aplicaciones en sus dispositivos móviles que emiten vibraciones y que los alertan en tiempo real en caso de un sismo.

Concepción Moreno Díaz

, profesora de laboratorio de cómputo, narra que realizaba una práctica de procesador de palabras cuando sintió, junto con alumnos sordos y oyentes, el sismo de hace dos años.

La maestra explica que el intérprete y ella se coordinaron para desalojar el aula: “me ayudó, se volteó y con señas les explicó a los alumnos lo que estaba pasando”.

La docente de Informática refiere que los estudiantes sordos fueron los primeros en sentir el movimiento.

“Los alumnos no esperaron a que yo les diera la instrucción de salida, ellos sintieron el movimiento y desalojaron”, expresa.

Moreno Díaz

admite que una de las instrucciones que ha recibido por parte del plantel es que ella u otro profesor salga al último en caso de emergencia y, si se encuentra en un primer piso, replegarse en zonas de seguridad junto con los estudiantes.

La docente admite que aún no conoce totalmente el funcionamiento de estas alertas.

Por su parte, el intérprete Ramsés Mendoza Campos , quien trabaja en conjunto con profesores de este Conalep para transmitir el conocimiento educativo a la comunidad sorda, aconseja que las personas con discapacidad auditiva siempre estén situadas en lugares accesibles para que ellos puedan evacuar fácilmente.

Asimismo, Ramsés pide que existan más alarmas visuales en todo la escuela como talleres, laboratorios, baños, cafetería y patio. “Ellos salen al receso y difícilmente se dan cuenta de un sismo a menos que sus compañeros los alarmen”, confiesa.

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Según la Encuesta Nacional Sobre Discriminación 2017. En México, las personas con discapacidad experimentan una vulneración mayor durante los sismos a consecuencia de la exclusión sistemática que enfrentan.

Incluso, la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad convierte en una obligación que los Estados parte adopten las medidas necesarias “para garantizar la seguridad y la protección de las personas con discapacidad en situaciones de riesgo, incluidas situaciones de con icto armado, emergencias humanitarias y desastres naturales”.

También se debe considerar que las interacciones entre brigadistas y ciudadanos deben realizarse en un lenguaje claro, sencillo, directo y asertivo, privilegiando el acompañamiento que contribuya a mantener la calma.

"En el caso de las personas sordas , en caso de tener la habilidad, que puedan leer los labios de quienes facilitan la protección civil y que las personas con discapacidad intelectual y mental o psicosocial reciban indicaciones que les resulten útiles y comprensibles en todo momento", se refiere.

cev

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