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Paola es escort, es decir, ofrece servicios de compañía y sexoservicio. Ejerce el trabajo de manera independiente; ella no se para en una esquina, sólo se pone “en línea”. No espera a que se detenga un auto, sólo checa “los tuits o los whats” y hace una cita. Se anuncia por medio de portales web y redes sociales.
La necesidad de sacar sus estudios adelante la llevó a buscar opciones de trabajo en la Ciudad de México para cubrir sus gastos. “¿Yo qué puedo hacer? , ¿qué es lo que mejor sé hacer?, pensé”, dice la mujer de pelo corto y rubio.
Las amigas de Paola, que trabajaban como acompañantes, le sugirieron que se anunciara en el portal de zonadivas.com, sitio de publicidad para modelos y escorts. Paola investigó lo que se necesitaba para anunciarse y contrató a un fotógrafo para que le hiciera una sesión, ya que las fotografías son un requisito fundamental para registrarse en el portal. En este sitio se anuncia un fotógrafo que ofrece un paquete de 20 fotografías por 8 mil pesos que incluye “locación, maquillaje, peinado, tres cambios de ropa y el retoque digital”.
“Si te quieres anunciar en zonadivas.com tienes que pagar 3 mil 700 pesos al mes; no es barata. Pero la gente que te recomienda la página te dice que te va a ir bien, que vas a ir sacando la inversión. Entre las fotos y la publicación fácil te va saliendo como en 10 mil pesos, si no es que más, pueden ser hasta 15 mil, dependiendo cómo quieras verte. Unas fotos caseras no te van a servir. Si quieres ganar bien tienes que gastar. Aquí todo cuesta”.
En su primera sesión de fotos Paola estaba nerviosa, pero después de “un tiempecito” dice tener más confianza. “No es que me valga, simple y sencillamente nunca he necesitado de los demás para salir adelante. Bueno, sólo de los clientes. Pero a nadie más”.
En las fotografías para la publicación se puede ver el rostro o puede estar tapado, depende de la anunciante. Tras llenar un formulario con los datos reales, ante notario, las mujeres firman un contrato con zonadivas.com en el que declaran trabajar de forma independiente.
Una vez que Paola cumplió con todos los requisitos, se inventó un nombre artístico, Venus Princess, para ofrecer una actuación que tiene como escenario principal una cama.
El portal de zonadivas inició en 2001 bajo el nombre de Divas y en 2006 cambió al nombre actual. El sitio web pertenece a la empresa Beat, SA de CV cuyo creador es Ignacio Antonio Santoyo, conocido como Sony.
El proyecto nació por sugerencia de una amiga argentina de Sony, ella trabajaba como acompañante y le mencionó que en México no existía una página que se encargara de anunciar dichos servicios de forma independiente. Actualmente, el portal tiene registradas a 400 mujeres y recibe diariamente de 30 a 60 mil visitas. “Es alto el tráfico; además, estamos hablando de visitantes únicos, según los sistemas de análisis de tráfico”, dijo el vocero de la empresa, Alejandro Caballero.
Para Ignacio Antonio Santoyo, lo que caracteriza al sitio es que la empresa certifica a cada una de las anunciantes y asegura un sustento legal. “Cualquiera desde su computadora puede crear un portal. Hay portales gratuitos, esas son las bondades del internet, pero ser una empresa establecida que tenga un portal de prestigio como lo es zonadivas, con todos los registros legales que se necesitan para poner una empresa, es diferente. Como empresa legal paga impuestos”.
En México existen más de 50 páginas que operan bajo un modelo de publicidad similar al de zonadivas, donde hombres y mujeres anuncian servicios de compañía, dice el dueño. Cada portal anuncia entre 200 y 700 escorts, ahí se presentan fotos, datos generales y teléfono de contacto.
Plataformas como mileroticos.com, sexoservidoras.com y sustitutas.com, publican anuncios de servicio de acompañantes en el país de forma gratuita, y recientemente, la página sexlave se sumó a estos portales especializados en anuncios de compañía, pero innovó al crear un tutorial en Youtube para facilitar el registro de sus anunciantes. Es un video de cinco pasos y cuatro minutos que tiene más de 800 visitas. Es el auge de la oferta y la demanda en el comercio sexual.
Paola, además de anunciar sus servicios en páginas, hace uso de su cuenta de Twitter, donde tiene más de 93 mil seguidores; dice que es su mejor publicidad y no tiene que pagar por ella, de ahí consigue a la mayoría de sus clientes. “Me llegan como 15 propuestas y de ahí pueden ser de 3 a 5 servicios, dependiendo lo que el cuerpo aguante”.
Su número de seguidores aumentó cuando, en las Olimpiadas de 2016, Paola escribió en su cuenta de Twitter: “Queremos medallas cabrones, doy servicio gratis al medallista olímpico que alegre a México”, fue tendencia en las redes sociales. “La demanda en los servicios subió. Todos querían estar con la chica de los juegos de Rio”, explica.
Venus hace giras de trabajo y ofrece sus servicios alrededor de la república. “Nunca me quedo en un solo lugar, sólo estoy tres o dos días. Se podría decir que no vivo ni aquí ni allá. Ando en todos lados”. La idea surgió porque usuarios de redes de varias partes del país preguntaban por sus servicios.
“Yo empecé a hacer estudios socioeconómicos de cada ciudad y ver a cuál me convendría ir. Chequé número de habitantes para darme un margen de que sí podía o no sacar trabajo y convendría pagar los gastos, porque como ando viajando en mi auto… tienes que ver la forma en que sea negocio”, cuenta Paola.
En Facebook no hay una presencia fuerte de páginas sobre brindar servicios de compañía, pero si hay muchos “reclutadores” que en páginas sobre empleo buscan mujeres para “ofrecerles trabajo como escorts o modelos”. Las chicas que pertenecen al medio mencionan que han sido contactadas por personas que buscan representarlas, cuando ellas trabajan por su cuenta y alertan a sus compañeras a no dejarse engañar con estos anuncios.
Katherine, una chica escort de 22 años, fue contactada por una “agencia de modelos” cuando buscaba trabajo en una página de anuncios laborales en Facebook. La hicieron trabajar por dos meses pero jamás le pagaron por los servicios que ella realizó. Uno de sus clientes le sugirió que se hiciera independiente. “Me dijo: qué te parece si te veo afuera y lo que le daba la agencia te lo doy a ti. Me dio 3 mil 500 pesos, cuando la agencia según cobraba mil 200 y te daba la mitad, pero a mí nunca me dio nada”.
Paola menciona que jamás se anunciaría en Facebook porque a la mayoría de las chicas que se publican les cierran las cuentas por la cuestión de desnudos y denuncias y en Twitter es menos probable.
Las mujeres que se anuncian como escort publican imágenes eróticas y en ocasiones se muestran desnudos completos o videos pornográficos con el fin de atraer a más personas a su perfil.
Paola aprovecha todas las ventajas que le brindan las redes para anunciarse y conseguir “seguidores”, que pueden ser posibles clientes. Ahora su principal objetivo es ahorrar para tener un mejor futuro, “esto no es para toda la vida. Nada es para siempre, porque la juventud no me va a durar; ni la juventud ni el cuerpo. Esto solamente es un parteaguas para lo que quiero hacer más adelante”.
Con las ganancias de su trabajo, Paola ha invertido en dos negocios y apoya a niños de bajos recursos a continuar con sus estudios.
Allison tiene una cuenta con 45 mil seguidores; ella empezó vendiendo tangas usadas por 800 pesos en las páginas de fetiches de Facebook, cuando su número de clientes subió, uno de sus principales compradores, por una cantidad de dinero mayor, le sugirió un servicio en lugar de la ropa interior y ella aceptó. Ahora lleva tres años como sexoservidora.
“Siempre hay un punto de satisfacción en el trabajo, aunque hay momentos en que te toca fingir”, dice Paola. Para ella, ejercer el trabajo sexual de forma independiente puede generar ganancias pero también se enfrenta a la discriminación, clientes violentos y enfermedades de transmisión sexual.
“¿Para qué venir y asombrarte? Mira, si esto es lo que te está dando de comer, si esto es lo que te está sacando adelante; si gracias a esto tienes negocios, tienes un buen carro o la posibilidad de verte y sentirte bien ¿qué te puede importar lo que la gente diga? Al menos eso pienso yo”.