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El carácter fuerte de Jimena Castillo, [nombre ficticio] le ha resultado muy importante para lidiar con el hostigamiento sexual, los comentarios y actitudes machistas dentro de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México , en la que se desempeña. Ronda los 50 años de edad y ha escuchado frases como “si así te ves ahorita, cómo estarías de joven. De seguro bien buena”, por parte de sus compañeros.
Con poco más de dos décadas de servicio en la policía capitalina , ha sido testigo de innumerables historias de violencia sexual padecidas por sus compañeras. Por ejemplo, a una de ellas, que trabajaba como guardia en un hospital (con horario de 24 por 24 horas), le dieron apenas un par de horas para descansar. No tuvo más alternativa que acostarse sobre un cartón en el piso y se cubrió con una cobija; en poco tiempo, su compañero se le acercó para manosearla. Lo denunció con sus mandos, pero no ocurrió nada.
“ No falta el compañero que llega y le dice a otra ‘que buenas nalgas’. Igual hay tocamientos y ella se pone al brinco, pero ya sabes, le dicen: ‘Quien te manda estar tan buena’ y cosas así. A otras, les han enseñado los penes, les mandan fotografías de penes por medio de WhatsApp. ¡O sea que sí está muy cabrón!”, cuenta con enojo.
Jimena Castillo dice que las agentes no denuncian por miedo a represalias, a un mayor hostigamiento laboral, a que las cambien de servicio. Además, los comandantes siempre paran los procesos cuando existe una denuncia formal y, sobre todo, porque existe mucha discriminación hacia las mujeres.
EL UNIVERSAL tuvo acceso a otras elementos de la SSPCDMX que padecieron violencia sexual en su trabajo. Sin embargo, por miedo a que los altos mandos tomen revancha contra ellas, declinaron relatar sus testimonios.
Estrés postraumático
Por su lado, Gloria López Santiago, sicóloga criminal y forense, destaca que en el caso de las uniformadas que denuncian y no ocurre nada, existe una afectación, pues quedan desmoralizadas y ello repercute en problemas sicológicos. Les genera un cuadro de estrés postraumático y a veces, pasan a uno de depresión o de ansiedad.
“El nivel de alerta se activa en la víctima. Está siempre pensando en su experiencia y, obviamente, eso les va a generar insomnio, no
va haber un rendimiento adecuado en su trabajo. Van a tener problemas de concentración, problemas de tensión. Incluso alguna afectación en el nivel psicosomático qué tiene que ver con la disminución del apetito y con el inicio del consumo de alguna sustancia”, explica la especialista.
En septiembre de 2016, este diario reportó que a mil 935 elementos de la SSPCDMX se les diagnosticó depresión entre enero de 2013 y agosto de 2016, de acuerdo con datos obtenidos a través de Transparencia. De estos, 883 eran mujeres integrantes de las policías Preventiva y Auxiliar.