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david.fuentes@eluniversal.com.mx
La madrugada del domingo, por lo menos cinco sujetos armados con mazos, ingresaron a la tienda Liverpool ubicada dentro de la plaza comercial Perisur, en la delegación Coyoacán, quienes rompieron varias vitrinas y se llevaron relojes, joyas, perfumes, aparatos celulares, electrodomésticos y otros accesorios, con un valor, de manera preliminar, superior a los 7 millones de pesos.
Consta en el reporte de la Secretaría de Seguridad Pública que las alarmas nunca sonaron, por lo que los delincuentes escaparon. Sin embargo, y como parte de la investigación, se presentaron ante el Ministerio Público a 41 personas, entre empleados, guardias de seguridad y elementos de la misma corporación para deslindar responsabilidades. En su primera declaración los guardias privados explicaron que, aparentemente, los maleantes ingresaron por el sótano.
Agregaron que no se dieron cuenta y no escucharon ruidos extraños, incluso mencionaron que los supuestos delincuentes pudieron pernoctar en ese lugar, esperando a que la plaza comercial cerrara sus puertas para después robarla.
En la tienda departamental se encontraron dos mazos que utilizaron para romper las vitrinas. Por ese hecho la procuraduría capitalina inició una carpeta de investigación para deslindar responsabilidades, los testimonios de los guardias, asentados en la carpeta de investigación refieren que a las 05:30 horas de ayer el apoderado legal recibió una llamada del personal, en la que decían que había cristales rotos de ventanas que conectaban la tienda con un estacionamiento y que faltaban joyas y relojes de las vitrinas de exhibición.
Los primeros indicios señalan que los cinco sujetos estuvieron 45 minutos en el lugar y en todo es tiempo, no se activaron las alarmas.
El lugar fue intervenido por personal de la Coordinación General de Servicios Periciales, para conocer por qué no se accionaron los mecanismos de seguridad; agentes de la Policía de Investigación reúnen entrevistas de personal de vigilancia y analizan los videos de las cámaras.
Todos son sospechosos. Las primeras declaraciones fueron inverosímiles para los agentes de la procuraduría que llegaron a atender el evento, además, entre guardias, empleados y policías de la PBI, no coincidían en las horas y la manera en la que ocurrieron los hechos, por lo que se ordenó la presentación ante el Ministerio Publico.
Álvaro Sánchez Valdés, Subsecretario de Operación Policial Zona Sur de la Policía Preventiva, explicó que estas personas fueron llevadas ante la autoridad en calidad de testigos para que puedan rendir su declaración y continuar con las investigaciones, pues el objetivo es determinar si alguno de ellos es cómplice.