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El uso del espacio público, la protección de datos de los usuarios, la seguridad y principalmente la falta de regulación para las empresas son algunos de los problemas que se tienen diferentes ciudades del mundo donde está en operación la renta de bicicletas y scooters sin anclaje.

Ante esta situación, en las ciudades de Cambridge y Oxford, en Reino Unido, establecieron códigos de conducta para estas empresas, en los cuales se establece que debe haber un proceso para introducción de los esquemas de uso compartido, así como las responsabilidades principales de los operadores.

En una primera fase, la empresa deberá presentar su plan de operaciones, además de lanzar un programa piloto con 100 unidades. En el caso de las responsabilidades, las operadoras deben asegurar que las unidades son seguras, que se le dará mantenimiento correctivo y preventivo, entre otros.

En Zurich, Suiza, el principal problema es el estacionamiento de estas unidades, por lo que el gobierno de esa ciudad está en busca de una solución; se acordó que las unidades deben estar en buenas condiciones, no obstaculizar el tráfico y ocupar menos de 10% de las banquetas. Sin embargo, el tema de los datos personales es una problemática, pues se están vendiendo para usos comerciales.

Luego del crecimiento de estas empresas, en los Países Bajos, en la ciudad de Ámsterdam el gobierno decidió de prohibir la renta de bicicleta sin anclaje; sin embargo, para el próximo 1 de marzo algunas empresas recibirán un permiso por un período de prueba de hasta tres años para comercializar sus piezas de bicicleta. Esta decisión se tomará tras una consulta entre los ciudadanos.

Una de las ciudades que tomó cartas en el asunto es Turín, en Italia, donde se estableció que las empresas que ofrezcan este servicio de renta ejecutarán durante un año el servicio de forma experimental y participarán con los representantes del gobierno en una mesa técnica que estudiará las mejores soluciones para el servicio, pero también analizarán los datos recopilados por sus servidores en el viaje. De las bicicletas, las empresas se comprometen a gastar 20 euros por cada unidad de su flota en trabajos y campañas a favor de los ciclistas.

En la ciudad de Frankfurt, Alemania, se ha emitido una regla de 10 puntos para el alquiler de bicicletas. Entre estas normas se establece que estas bicicletas no pueden estacionarse en lugares donde afecte la circulación, además de que deben respetar los espacios destinados a las bicicletas privadas. En el caso de unidades que ya estén fuera de servicio, las empresas tendrán que retirarlas en menos de 48 horas.

Los Ángeles, en Estados Unidos, es la que tiene más experiencia en el tema. En septiembre del año pasado el Consejo de la Ciudad aprobó el primer conjunto de reglas para las compañías de este tipo.

Elaboró un programa de un año para permitir que cualquier empresa solicite un permiso para desplegar hasta 10 mil 500 scooters.

El programa piloto impone un límite de velocidad de 24 kilómetros por hora a los scooters, además exige que los usuarios dejen las bicicletas y scooters estacionados en posición vertical, en el borde exterior de la acera.

El permiso para operar costará 388 mil 386.60 pesos al año, y la licencia de cada vehículo costará 2 mil 524.51 pesos por año, o 757.35 pesos por año en áreas de bajos ingresos.

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