un par de términos se escuchan cada vez más en las noticias: "feminismo" y "feministas". Aunque el feminismo no es para nada algo del año pasado o siquiera de hace 20 años, los medios de comunicación han volteado sus ojos hacia el movimiento feminista en el país y el mundo.
Hoy, feministas protestaron por el feminicidio de la niña de 7 años, Fátima, quien fue encontrada sin vida, con signos de violencia, al sur de la CDMX. El viernes, protestas que incluyeron pintas, vidrios rotos y dos camiones quemados protagonizaron la tarde de ese día, en reclamo del crimen de Ingrid Escamilla.
Pero el feminismo no es algo nuevo (tiene como 300 años de historia), aunque las manifestaciones por los feminicidios, violaciones y el acoso sexual puedan parecerlo.
El feminismo es una teoría política y un movimiento social que busca la equidad entre hombres y mujeres. Nuria Varela, autora de "Feminismo para principantes" define a ese movimiento como "las gafas moradas" que cambian la forma de ver el mundo.
Este movimiento es muy amplio, tiene 300 años de historia, múltiples autores, y tres "olas" o épocas, a grandes rasgos. Actualmente, el debate gira en torno a dos posturas: el feminismo liberal y el feminismo radical.
Las mujeres que protestan en las calles del país son tanto liberales como radicales, aunque a menudo se escucha nombrar sólo a éstas últimas cuando se habla de pintas y vidrios rotos.
En las marchas por Ingrid Escamilla, la pequeña Fátima o por Abril Cecilia, diversas jóvenes salieron encapuchadas, con pañuelos verdes o morados, vestidas en general, de negro.
El morado es el color con el que las feministas comulgan, mientras que el verde es el símbolo de la lucha por la legalización del aborto, una de las causas del feminismo.
Los principales puntos en los que discrepan las feministas liberales de las radicales giran en torno a la participación de los hombres en el movimiento y a la abolición del género, lo que consideran como la "raíz" y de donde proviene el término "radical".
En noviembre de 2019, miles de mujeres se manifestaron en la Ciudad de México , en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Varias de ellas rompieron vidrios y grafitearon el Ángel de la Independencia, así como el Hemiciclo a Juárez, ante ello muchas personas se preguntan si esa es la manera de manifestarse y si las mujeres feministas siempre han sido tan violentas.
Aunque las protestas feministas en las que hay pintas y actos vandálicos han acaparado foco en los últimos tiempos, el movimiento feminista tiene años marchando de manera pacífica, realizando performances y visibilizando sin violencia la violencia que atañe a las mujeres.
En 2018, Reino Unido cumplió un centenario de que las mujeres consiguieron el derecho al voto, aunque de manera parcial, pues en febrero de 1908 sólo las mujeres mayores de 30 años, dueñas de propiedades, podían votar.
Fue hasta 10 años después que las mujeres inglesas lograron que el voto fuera para todas.
Pero el camino para el voto femenino fue largo y dejó mártires entre las feministas inglesas , que estaban agrupadas en el Sindicato Político y Social de las Mujeres, fundado por Emmeline Pankhurst.
En 1906, el Daily Mail se refirió a las feministas como "las sufragistas", en referencia a su demanda del sufragio pero con tono despectivo, por lo que Pankhurst se adueñó del término y lo usó para el movimiento.
Como las marchas de las sufragistas eran reprimidas, las mujeres idearon planes más violentos. En varias ocasiones quemaron buzones de correo, cortaron cables de luz y rompieron vidrios en negocios.
Pero el acto de más envergadura fue cuando las feministas detonaron una bomba en una construcción que serviría al ministro de Finanzas, David Lloyd George.
El siguiente acto de las sufragistas fue cuando Emily Davison se arrojó al caballo del rey Jorge V, durante una carrera en el Derby de Epsom. Emily murió a los pocos días y es considerada una mártir por las feministas hasta la fecha.
A las sufragistas les hacían caricaturas en las que las retrataban como viejas, feas y solteronas. Incluso surgió un grupo de mujeres anti sufragistas. Actualmente, en las redes sociales, diversas personas se burlan de las feministas, a quienes llaman "feminazis", aunque su movimiento nada tiene que ver con el nazismo.
El 9 de octubre de 1970, una decena de capitalinas marcharon en las calles de la Zona Rosa por el derecho a usar minifaldas en la Ciudad de México.
"La mini no es moda es un estado de ánimo", "la maxi es el retorno de las brujas" y "la midi es anti sexo", son algunas de las consignas que las mujeres de aquella época plasmaron en las cartulinas de su protesta.
Hasta la fecha, se realizan marchas en las que las mujeres exigen el derecho a vestir como quieran, como las llamadas "Slutwalk", que se hacen en todo el mundo y en las que se denuncia la violencia de género, la cual, en muchas ocasiones se busca justificar por la ropa de las víctimas, como las faldas cortas, que motivaron la marcha de aquel entonces.
Hace 51 años, un grupo de mujeres se manifestó en Atlantic City, Nueva Jersey, en contra del concurso de belleza Miss America, que se llevaba a cabo en ese lugar.
Las manifestantes hicieron un performance llamado "Basurero de la Libertad", en el que arrojaron cosméticos, productos de limpieza y una mujer arrojó un sostén que se sacó ahí mismo.
Esas mujeres habían participado en las protestas en contra de la guerra de Vietnam, pero se sentían traicionadas por sus compañeros.
La BBC entrevistó a Robin Morgan, una de las organizadoras de esa manifestación, quien dice que no quemaron la ropa interior de las participantes, sino que más bien una periodista cuestionó a las feministas.
"Una periodista pensó que nos estaba apoyando y escribió este titular (en referencia a las protestas contra la guerra): 'Los hombres queman sus tarjetas militares y, ahora. ¿qué? ¿Quemarán las mujeres sus sostenes?'", dijo la presentadora, pero Morgan cree que de ahí viene el mito de las feministas "quema sostenes".
Cuando se habla de la liberación femenina en los sesenta, comúnmente viene a la mente a las feministas quemando sostenes, pero es más bien una suma de las protestas y de lo que los medios decían.
Aunque ahora todos los ciudadanos mexicanos pueden votar y ser votados. Esa es una historia que no siempre fue así, ni en México ni en el mundo, como alegaban las sufragistas.
La primera vez que los mexicanos pudieron votar fue en 1912, cuando los hombres mexicanos eligieron diputados.
La Constitución de 1917 estableció la condición de república democrática y popular, así como el derecho universal al voto que, sin embargo, en la práctica siguió como prerrogativa exclusiva de los hombres. Por esos años, al igual que en otras partes del mundo, diversos congresos feministas demandaron derechos políticos plenos para las mujeres. En San Luis Potosí y en Yucatán los consiguieron desde la década de 1920. Elvia Carrillo Puerto fue la primera mujer electa diputada local en noviembre de 1923, pero tuvo que renunciar dos años después bajo amenazas de muerte, según recaba José Luis Gutiérrez en su libro "El voto, herramienta de la vida democrática".
Fue el 3 de julio de 1955, cuando las mujeres mexicanas obtuvieron su derecho a votar.
Gracias las demandas de sus derechos ciudadanos y a la participación de muchas mujeres en diversos foros feministas, el 17 de octubre de 1953, el entonces presidente Adolfo Ruiz Cortines, promulgó reformas constitucionales que otorgaron el sufragio a la mujeres.
Fue en este año en el que se reconoció el derecho femenino a votar y se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) que “Son ciudadanos de la República los varones y mujeres que, teniendo la calidad de mexicanos, reúnan, además, los siguientes requisitos: haber cumplido 18 años, siendo casados o 21 si no lo son, y tener un modo honesto de vivir”.
Las elecciones del 3 de julio de 1955, las mujeres asistieron por primera vez en la historia a emitir su voto. Durante esa jornada electoral se eligieron a diputados federales para la XLIII Legislatura.
El voto femenino, como las guarderías, la Interrupción Legal del Embarazo en CDMX, la reciente Ley Olimpia y los vagones exclusivos para mujeres son, por ejemplo, algunas de las luchas que el feminismo ha obtenido en el país.
A pesar de ello, el feminismo aún libra batallas como el acoso callejero, que durante muchos años fue visto como algo normal, incluso como un halago. Actualmente, hay una discusión en torno a nombrar feminicidios a los crímenes de mujeres, un término que fue acuñado por la feminista Marcela Lagarde, en el marco de los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez en la década de los noventa.
El debate del feminicidio se da en medio de la indignación por los crímenes de Ingrid Escamilla y de la niña Fátima, entre miles de otros casos en el país.
cg