Vecinos de la colonia Narvarte se preparan para la demolición de su vivienda, ya que de acuero con Protección Civil, 37 edificios con severos daños se derrumbarán en la demarcación.
Tres de los seis inmuebles visitados ayer por EL UNIVERSAL en esa zona de la delegación Benito Juárez, fueron declarados inhabitables por autoridades de Protección Civil y directores responsables de obra.
Mientras se llega el momento, los afectados acuden por algunas de sus pertenencias, "no hay vuelta de hoja, perdimos nuestro patrimonio”, dijeron.
En el edificio de 10 niveles de la calle Uxmal, número 443 vivía la hija de Ezequiel Balderas, en el tercer piso, y él le ayuda a sacar sus cosas porque el inmueble sufrió cuarteaduras profundas en la fachada y en la parte de atrás se desprendió la barda de uno de los departamentos.
Antes de ingresar al edificio, el señor Balderas dice que la dueña piensa rehabilitarlo, pero pide a las autoridades un dictamen serio y confiable.
“A mí me da mucho miedo que lo vuelva habitar mi hija, porque es un riesgo...”
En Concepción Beistegui y Yácatas el panorama es desolador: la mitad de una construcción de ocho departamentos y cinco locales comerciales se vino abajo por el temblor de 7.1 grados, no hubo personas fallecidas, pero las familias perdieron su casa.
“Está en la lista de los primeros 37 edificios de la delegación que tendrán que ser demolidos, en los alrededores de Beistegui y Yácatas hay entre cuatro y cinco inmuebles que están desahabitados por los daños”, comenta José Alejandro Garibay Cárdenas, quien tenía una tienda de abarrotes en la planta baja.
“El edificio tenía 70 años de haberse construido, resistió los sismos de 1985, pero el del 19 de septiembre ya no”, expresa con tristeza, porque, señala, “pasaba más tiempo aquí que en mi casa”.
La señora Guadalupe Vázquez Herrera, de 80 años de edad, habitó por 50 años el departamento 101 de dicho edificio y narra que cinco minutos antes de que temblara salió al mercado y cuando regresó su casa estaba convertida en escombros.
“Si no salgo al mercado ahí hubiera quedado. Llevaba 50 años viviendo ahí y el edificio había resistido todos los sismos desde que yo llegué aquí en 1981, por eso estábamos tan contentos porque no le pasaba nada, hasta lo que le pasó”, relata.
“Pero estoy viva porque yo debería de haber quedado ahí como tortilla y sin embargo salí”, afirma Vázquez Hernández, quien espera ayuda de las autoridades porque a su edad “ya no se puede iniciar una nueva vida”.
El edificio de la calle La Quemada número 81, colonia Narvarte, no se colapsó de milagro, pero se partió en tres y fue declarado inhabitable.
Diana Cristina Nuevo Chávez, quien vivía en el mencionado inmueble, mencionó que la vida de su familia ha estado marcada por los sismos. “Nosotros nos cambiamos aquí en 1986, un año después de los temblores de 1985, y ahora otra vez nos estamos cambiando por un sismo, por lo que están marcando nuestro destino”, comenta.
En los edificios de Vértiz 1233, Vértiz esquina con Bartoleme, Universidad y Eugenia, y Concepción Beistegui los vecinos tienen miedo de regresar, aunque fueron declarados habitables por las autoridades.
cfe