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La Procuraduría General de Justicia capitalina (PGJ) solicitó una “alerta migratoria” contra un sacerdote posiblemente involucrado en el asesinato de Leonardo Avendaño, egresado de la maestría en Sicología de la Universidad Intercontinental (UIC) y seminarista, quien fue encontrado muerto el miércoles pasado dentro de su vehículo en la alcaldía de Tlalpan.
Agentes de investigación que llevan el caso consideran que el religioso, identificado como Francisco “N”, cuenta con la capacidad económica y con las “relaciones” suficientes para salir del país y refugiarse en otro lugar, específicamente en Centroamérica.
Por lo anterior, no se descarta solicitar una ficha roja para que la Interpol colabore en la investigación. Según lo asentado en la carpeta de investigación FCIH/1/UI-1 C/D/00108/06-2019, el móvil del crimen puede estar relacionado con un conflicto de índole “personal o pasional”.
En este sentido, se dio a conocer que se cuenta con material de cámaras de vigilancia y la “sábana de llamadas” del teléfono de Leonardo.
Se detalló que se intentó dialogar con el párroco presuntamente involucrado, pero nunca quiso atender a la autoridad. Cuando acudieron con él para una entrevista, ya no se encontraba en su residencia. El sospechoso, según la investigación, tiene más de 15 años como religioso, 10 de los cuales ha estado en parroquias de la Ciudad de México y otro tiempo más en el sureste y en Centroamérica.
Consta en el expediente que al sacerdote ahora prófugo, Leonardo le hizo la última llamada cuando llegó a la parroquia después de haber salido de su casa aproximadamente a las 23:00 horas del martes 11 de junio.
Desde ese momento, los amigos y familiares no tuvieron conocimiento de las actividades del ahora occiso; sin embargo, no fue hasta cinco horas después que emitieron la alerta, pues Leonardo dejó de responder los mensajes.
El joven seminarista estaba por salir de la ciudad. Por varios meses ahorró una cantidad de dinero para poder solventar su estancia en el extranjero, decía que ese viaje le serviría de “retiro”, puesto que aparentemente atravesaba por problemas personales que sólo reveló a un círculo cercano.
El cuerpo de Leonardo Avendaño fue localizado el miércoles pasado en un paraje de la colonia Héroes de 1910, Tlalpan; estaba envuelto en una cobija en la parte trasera de su propio vehículo, una camioneta Chevrolet Trax color gris, murió estrangulado y además presentaba algunas excoriaciones en el cuerpo, señal, a decir de los peritos, de que se defendió.