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Es prioritario que la ciudadanía recobre la confianza en la policía capitalina, pues en esa medida, se respetará la ley, a la autoridad y se reducirá la incidencia delictiva.
En esto coincidieron Jesús Orta Martínez, el secretario de Seguridad Ciudadana local; Nashieli Ramírez, presidenta de la Comisión de los Derechos Humanos de la capital (CDH), y Salvador Guerrero Chiprés, titular del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad.
En el foro organizado por EL UNIVERSAL, los tres ponentes retomaron las recientes agresiones a uniformados por parte de delincuentes y ciudadanos.
Al respecto, el secretario de Seguridad comentó que la problemática gira en torno a tres puntos: “El primero es una falta de capacitación, a la que le hemos dado una gran prioridad, porque hemos detectado deficiencias respecto a cómo enfrenta el policía alguna situación con un delincuente o un ciudadano.
“El segundo es una pérdida de confianza que deriva en una subvaloración de su trabajo y en que la policía no representa para la ciudadanía una autoridad; y la tercera, es una falta de entendimiento entre dónde está el límite de la actuación policial, en cuanto al uso de la fuerza y técnicas de detención”.
En ese sentido, Guerrero Chiprés comentó que a pesar de que los policías son quienes representan a la ley, hay una confusión respecto a la aplicación de los protocolos, puesto que existen casos en los que son castigados por no actuar conforme a los estatutos y también por no usar su criterio.
La presidenta de la Comisión de los Derechos Humanos hizo énfasis en que la falta de respeto a los uniformados deriva de que la autoridad no les brinda las herramientas necesarias para cumplir con su trabajo.
“Construir confianza con un escenario es un trabajo largo que se tiene que hacer, reconociendo que le hemos fallado a los policías en condiciones laborales, desarrollo, protección y seguridad han sido mínimos y los mandamos a la guerra sin fusil”, comentó.
Como una de las soluciones para mejorar las condiciones laborales de los uniformados, el titular del Consejo Ciudadano opinó que el gobierno local tendrá que trabajar en programas para empoderar al policía.
“No se trata sólo de la ley, sino de cómo es tratado un policía, sí se requiere que el policía perciba que al hacer cumplir la ley puede ser respaldado y protegido por sus jefes, sin entrar en la corrupción, en moches, que va a ser respetado por los jueces, y que también si es señalado por abusos demostrables o no, tendrá la posibilidad de defenderse”, dijo.
Ante esto, el jefe policiaco abundó en que existían casos recientes en que los oficiales laboraban con equipo inservible y caduco, como armas de fuego o los chalecos antibalas.
“[Tenemos que] mejorar sus condiciones de trabajo, es muy difícil trabajar cuando el policía no está motivado, pero justamente es un trabajo que se tiene que hacer, que es fortalecerlo en sus prestaciones, equipamiento”, argumentó.
Aceptó que “sí es una alerta, sí es una crisis (...) a esta policía la estamos fortaleciendo para que sea útil” y recordó que una de las primeras propuestas para solucionar esa falta de confianza son cursos de 40 horas trimestralmente y que los elementos tienen como obligación realizar una visita domiciliaria para reforzar los vínculos con los vecinos del sector que les corresponde.