Buscando superarse ante la falta de una oportunidad laboral por tener una discapacidad o simplemente para cumplir una meta, 100 personas estudian el bachillerato, mismo que dejaron a un lado por la falta de especialización en las escuelas públicas en el país.
En punto de las 16:00 horas, estudiantes del Bachillerato Incluyente de la Secretaría de Educación de la Ciudad de México, arriban a las instalaciones del Instituto de las Personas con Discapacidad en Venustiano Carranza, entre ellos hay personas ciegas, sordas o con discapacidad motriz. Algunos también toman clases por la mañana.
Elihú Zárate es intérprete del lenguaje de señas y da clases en este instituto; en su grupo hay al menos 35 alumnos, quienes están atentos al pizarrón, pero más a los movimientos de las manos de su maestro.
EL UNIVERSAL acudió a una clase de matemáticas impartida por Elihú y observó que mientras él explica con señas sobre el tema, una compañera escribe en el pizarrón, ambos son muy pacientes para resolver las dudas de los estudiantes.
“Los chicos están muy emocionados porque van a concluir su bachillerato, pero no sólo lo están haciendo por el papel, porque realmente ahora que tenemos a la gente que conoce bien el idioma y le puede transmitir los conocimientos, realmente se dan cuenta de que sí pueden aprender y de que hay gente que les puede enseñar en su idioma de una manera más efectiva”, comentó.
Con este programa se busca que las personas con discapacidad ejerzan su derecho a la educación a partir de un sistema inclusivo, que ayude a combatir el rezago educativo y, a la vez, otorgue las herramientas necesarias para incorporarse al mercado laboral.
“Ellos su primaria y secundaria la cursaron en escuelas regulares junto con chicos oyentes, entonces su aprendizaje fue nulo, fue nada más copiando y los maestros los pasaban”, dijo el profesor.
En este proyecto se prepara a las personas que presenten cuatro exámenes para validar su nivel medio superior y puedan tener su certificado. Para dar atención adecuada al grupo de personas sordas, maestros e intérpretes diseñaron un examen diagnóstico en video y una guía de estudios sobre contenidos de matemáticas, química, física, biología y habilidades de lectoescritura en español.
Además, han generado un glosario de nuevas señas para referir contenidos, conceptos, signos y fórmulas, toda vez que la Lengua de Señas Mexicana (LSM) es reconocida y útil para la comunicación cotidiana, pero limitada para fines educativos. En este propósito se cuenta con el apoyo de la Academia Nacional Lengua de Señas A.C.
“Estoy en otro proyecto donde también se está impartiendo el bachillerato para las personas sordas, ahí es donde empezamos a crear nuevo vocabulario para los términos que necesitamos en el ámbito educativo. Por ejemplo, la seña de átomo, el concepto de exponente”, explicó Elihú.
A los 12 años, Elihú aprendió el lenguaje de señas, asegura que sus conocimientos se dieron con el contacto con las personas sordas, pero su intención siempre fue ayudarles a aprender y comenta que sigue estudiando para que sus alumnos puedan tener más conocimientos y no se queden estancados.