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metropoli@eluniversal.com.mx
Sabedor del poco tiempo que estará al frente de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México (SSPCDMX), Raymundo Collins Flores busca hacer cambios a contracorriente con la finalidad de tener más elementos en la calle y que se vean los resultados de manera inmediata.
Afuera de su oficina un oficial con un teléfono inteligente en mano —en el que recibe lo que al momento ocurre en la Ciudad— se lo informa directamente al nuevo titular de la SSP, quien guarda en su saco más de una decena de tarjetas informativas sobre asaltos, homicidios y detenciones de presuntos delincuentes. “Desde aquí doy las instrucciones de lo que se tiene que hacer”, remata.
En el lugar, ahora decorado con una figura de San Miguel Arcángel bajo el escudo dorado de la policía, así como la imagen de la Virgen de Guadalupe, Raymundo Collins dice que están haciendo un análisis de cómo se encuentra la corporación de poco más de 83 mil elementos.
La primera conclusión que saca es que se relajó la policía y asignaron a los uniformados a tareas diferentes que no era cuidar a la ciudadanía, motivo por el que se dio el incremento en la inseguridad.
Durante la conversación con EL UNIVERSAL reconoce que está “fuerte” el problema del narcomenudeo en la Ciudad de México, derivado de la disputa que sostienen los grupos delictivos de La Unión y la Anti-Unión, a los que no llama cárteles, pero que, adelanta, va a detenerlos.
“Tenemos una realidad que está, ¿qué tenemos que hacer? pues vamos a detener a esas personas” enfatiza el nuevo jefe de la policía.
¿Cuál es el principal reto que tiene Raymundo Collins al frente de la Secretaría de Seguridad Pública?
—Tengo dos instrucciones primarias del doctor (José Ramón) Amieva, jefe de Gobierno: una, lograr la cohesión al interior de la Secretaría de Seguridad Pública, que es en varios sentidos, incluyendo el número de elementos, porque son 83 mil entre policía bancaria, auxiliar y preventiva.
Tenemos que hacer una cohesión para hacer que la gente salga a la calle a pelear contra la delincuencia, esa es una tarea primera.
Y la segunda es hacia afuera, esa cohesión me va a permitir luchar contra la delincuencia en las diversas ramas que está afectando a la sociedad, llámale robo a casa habitación, transeúnte, cuentahabiente, a transporte público, narcomenudeo, en fin, todo lo que está afectando a esta Ciudad.
Los puestos de narcomenudeo, las famosas tienditas, pues están generando una violencia urbana.
¿Se tiene una idea de cuántas narcotienditas hay en la Ciudad?
—No la tengo todavía, sería dar una cifra inexacta, sería irresponsable de mi parte decir un número.
¿Qué tan grave visualiza el tema del narcomenudeo?
—Lo veo fuerte, creo que las expresiones que tenemos es de que hay zonas donde hay mucha venta, por eso estamos recopilando información de inteligencia para saber, efectivamente, qué zonas van a ser nuestras prioridades para ir directo sobre esta gente que se dedica a esto.
¿Está fuera de control?
—No, no.
¿Hay grupos de narcomenudistas o cárteles de la droga?
—Conozco un poco el tema de la lucha contra el narcotráfico y, por ejemplo, una de las expresiones primarias en una lucha entre cárteles o en guerra, son las armas de alto calibre, llámale cuernos de chivo, R-15, granadas, lanza granadas.
Aquí tenemos asaltos o los asesinatos que se están dando entre ellos a nivel de pistola.
¿Pero, descuartizados?
—Los descuartizados están en otra área. Sabemos que pasó ahí entre un grupo que se está peleando contra otro La Unión de Tepito. Pero eso viene a partir de la muerte de (Francisco Javier Hernández Gómez) Pancho Cayagua y entonces sus dos operadores, el famoso (Roberto Moyado Esparza) El Betito y (Sergio Flores Concha) El Tortas son los que se están peleando entre ellos.
La procuraduría tiene indicios exactos de cómo fue ese tema, pero es una cuestión de un grupo mismo que se está disputando sus ventas. Se supone que uno mandó a matar al otro… son temas que están fuera de la seguridad pública.
¿Pero genera una mala percepción en la seguridad pública?
—Claro, pero es una realidad que está. ¿Qué tenemos que hacer?, pues vamos a detener a esas personas, tenemos que detenerlos.
¿Van por la gente de La Unión y de la Anti-Unión de Tepito?
—Vamos por la gente que está afectando a esta Ciudad. Hay una cuestión en la que yo no estoy de acuerdo, decir “hay tantos muertos, ¡ah sí!, pero ellos eran narcotraficantes”.
Eran personas que tenían derecho a estar vivos y hay alguien que los mató, tenemos que prevenir esas circunstancias. Los que lo hicieron tienen que pagar también, son asesinos, es gente que violentó la ley.
No se puede justificar porque eran delincuentes o eran narcotraficantes. Y entonces, qué hacemos, ya es la ley del más fuerte, no. Lo que vamos a demostrar es que el Estado puede, en la Ciudad de México podemos poner orden y lo vamos a hacer.
Ya estamos recopilando información, van a ir viendo poco a poco como vamos a ir incrementando las detenciones en todos los rubros, porque de igual manera se afecta a una persona en la zona urbana donde se está vendiendo droga, que las bandas se andan metiendo con robo a casa-habitación a negocio, o los señores que se suben en una esquina en un microbús y le roban a toda la gente su celular y sus monedas y se bajan tres, cuatro cuadras después.
Los más importante; el narcomenudeo lo que trae es que van enfermando a nuestros muchachos, a nuestra gente más joven, entonces no lo debemos permitir.
¿Cuántos grupos de narcomenudistas tienen identificados en la Ciudad de México?
—En este momento los que están siendo de más renombre por la violencia que están usando son estos que mencioné y tenemos en Tláhuac. Todo mundo podemos tener informes, pero lo que tenemos que hacer, por el corto tiempo, vamos a estar donde la gente se ve afectada, en las calles.
Ayer en una revisión de Tepito ya interceptamos 70 kilos de marihuana, pero ya agarramos a uno de dos, en fin, estamos a empezando a tener presencia en lugares donde estaba demasiado abierto este tipo de circunstancias.
¿Para la cohesión y qué más le alcanzará con el poco tiempo que tiene Raymundo Collins?
—Yo creo que me alcanza para cumplir con las instrucciones del jefe de Gobierno Amieva de virar el rumbo y dejarlo en buena dirección para la siguiente administración, para que puedan ellos continuar y no se pierda muchos espacios de tiempo en aplicar sus medidas.
¿Hacia dónde va ese viraje?
—Justamente a enfrentar directamente a la delincuencia. Si ustedes ven a veces es muy difícil encontrar una patrulla o un policía, cuando debiéramos tener presencia en las calles.
¿Se relajó la policía?
—Se relajó… esa es la palabra, se relajó la presencia.
¿Y eso es lo que se viene a fortalecer ahora?
—Así es. Se hicieron grupos, se crearon subsecretarías y se les dieron dos mil o tres mil elementos que se sacaron de las calles, entonces necesitamos ver cuál es la efectividad de las subsecretarías y devolver a estos policías a las calles.
¿Por qué sacaron los helicópteros a patrullar?
—Muchas veces las policías están solos y a la hora de que hay un evento, una patrulla, por el tráfico, tarda en llegar a apoyarlos. Los helicópteros policíacos, en cualquier parte del mundo, no nada más son de servicio, son de patrullaje, y en otras partes los utilizan con tecnología para el robo de vehículos, entonces un helicóptero puede atender y apoyar a nuestros propios policías que están teniendo problemas en tierra.
Tenemos muy buena tecnología, pero no la estábamos usando. Una de las preguntas que me hizo el doctor Amieva fue dónde están los helicópteros, pues los helicópteros los vamos a poner en operación. Tenemos 13 helicópteros, 10 de ellos van a estar volando en la mañana, a mediodía y en la noche.
¿Parece que hay un cambio de 180 grados en la secretaría?
—No sé, yo siempre he acostumbrado no voltear para atrás. Si normalmente veo para adelante, ahorita, que tengo tan poco tiempo, pues nada más veo para adelante, no hago comparativos ni juzgo si algo está mal o estuvo bien.
Estoy aplicando lo que sé hacer y no desestimo a nadie, yo no juzgo, conozco muy bien a los funcionarios públicos y siempre he pensado que todo mundo hace su mejor esfuerzo.
¿Por qué aceptar el cargo para sólo cuatro meses?
—Porque creo en esto. Mi familia vive aquí, yo vivo aquí, muchos de mis amigos que han sido asaltados viven aquí, hay que hacer algo. Yo creo en la defensa de la sociedad.
¿Cómo recuperar el respeto del ciudadano al policía?
—Hay una cuestión importante. Conozco mucha gente que critica con razón o sin razón a la policía, pero cuando le ocurre un evento desafortunado la primera palabra que tiene en la boca es la de policía.
Entonces, mucha gente no ha tenido el resultado deseado al decir la palabra policía, no ha obtenido resultados, apoyo o ayuda, y eso ha hecho que la percepción ciudadana hacia los uniformados no sea la mejor
Qué tenemos que hacer, que la gente sienta nuestra presencia, que estamos para ayudarles y que estamos ahí con ellos.
¿Le preocupa que no va a ser ratificado por la jefa de Gobierno electa en el cargo?
—No, yo creo que la jefa de Gobierno electa está en todo su derecho, vi su gabinete y no van a estar muchos de los que están actualmente, no soy yo nada más, el gabinete no vi nadie más de mis compañeros.
Uno de los privilegios que tiene la gente de alto nivel es poder elegir a la gente con la que van a trabajar.
¿Tiene relación con ella?
—La conozco, es una señora muy inteligente. Yo no puedo hablar a diciembre, yo estoy preocupado por agosto, porque tenemos que darle a la sociedad resultados, entonces no estamos pensando en diciembre, en agosto tenemos que sacar operatividad que convenza.