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El próximo secretario de Seguridad Pública de la Ciudad de México, Jesús Orta, asegura que la policía local perdió la disciplina y el control en esta administración, por lo que se comprometió a recuperar estos elementos con el trabajo diario de los gabinetes de seguridad y los cuadrantes policiales, además de la confianza de la población.
En entrevista con El UNIVERSAL, reconoce que hay cárteles en la capital que se combatirán con más policías locales y la coordinación con autoridades federales, incluida la Guardia Nacional propuesta por el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.
Orta Martínez, quien ocupó cargos en la Policía Federal y el Sistema Nacional de Seguridad Pública cuando Manuel Mondragón y Kalb era el comisionado nacional de Seguridad, se compromete a contener desde el primer año los delitos de alto impacto, sobre todo los homicidios dolosos como principal desafío, y agrega que se mejorarán los salarios de los policías.
Él ocupara la Secretaría de Seguridad Ciudadana que sustituirá a la actual Secretaría de Seguridad Pública.
¿En qué situación está la SSP?
—Encuentro una policía con fortalezas y debilidades. Una fortaleza es que es la policía más grande del país, tienes más con qué hacer, y la Constitución de la Ciudad de México ratificó el Mando Único, y tenerlo es una oportunidad de una operación más efectiva y controlada.
Veo debilidades sobre las que vamos a trabajar: una policía mal pagada, sin prestaciones adecuadas y que no está capacitada. Si no tienes elementos motivados y capacitados no puedes hacer gran cosa. Está la corrupción en la policía, y el tema de control de confianza va a adquirir un significado relevante porque hoy los exámenes no se hacen bien, se hacen a modo. Se hará cumplir de acuerdo con la ley. Va a permitir identificar a policías susceptibles de corrupción y que sean cómplices de la delincuencia. El otro tema es una evaluación de equipamiento e infraestructura. Hay tecnología que no se aplica adecuadamente.
¿Hará una limpia de mandos?
—No hablaría de una limpia, sino de aplicar los controles de confianza y evaluar los perfiles. Por ejemplo, en la Policía Preventiva hay directores regionales con grado policial menor que algunos de sus subordinados. Podemos hablar de reorganizar la estructura de mandos de la secretaría.
¿Van a contratar más policías?
—Antes que eso se debe invertir en pagarles mejor, capacitarlos y orientar su trabajo a lo que deben hacer.
¿Hay cárteles en la Ciudad?
—Sí, decir que no es desestimar lo que por muchos medios se ha evidenciado, a través de notas periodísticas, asociaciones civiles y reportes de las agencias de inteligencia federal.
¿Qué va a hacer para combatir a los cárteles de La Unión, la Anti-Unión de Tepito y de Tláhuac?
—Cada vez los vemos con mayor capacidad de poder y métodos más violentos. Será en esos casos en los que, en coordinación con las fuerzas federales, entremos en operativos específicos para ir por los cabecillas o varios de sus elementos.
Estos cárteles u organizaciones tienen zonas de influencia, se están expandiendo y la gente tiene miedo porque suceden ejecuciones. Tenemos que ir a esas zonas a proveer seguridad efectiva. Tenemos la hipótesis de que hoy hay presencia policial pero está favoreciendo la actividad delictiva, hay que relevar a los mandos para cortar vínculos de asociación y aumentar el número de elementos y de patrullajes, y hacer equipo con la ciudadanía, porque es la primera que pide erradicar esa actividad.
¿Entonces sí entrará la Guardia Nacional en algunos casos?
—Por supuesto, en el caso de un operativo para ir por algún líder o integrantes, pero para la vida cotidiana de la Ciudad no hay Guardia Nacional, y la policía se va a encargar de la seguridad ciudadana.
¿El crimen está incrustado en la policía?
—No puedo sustentarlo. Lo que sí puedo decir es que el incremento de la presencia de estas organizaciones y de los delitos de alto impacto sugiere que ese pudiera ser el caso.
¿Cuál es su principal desafío?
—Resolver las ejecuciones, porque es el indicador principal de violencia, y si no la contenemos vamos a perder mucho en muchos sentidos: atracción de inversiones y turismo, de sentimiento de ansiedad en la ciudadanía. Sin embargo, también es fundamental para la doctora Sheinbaum rescatar a los jóvenes de las adicciones y la violencia.
¿Cuánto va a bajar los delitos en un primer año?
—Lo primero que vamos a comprometer es que los delitos de alto impacto como homicidio, robos, violación y secuestro se van a contener. Si observas, esas cifras han crecido en los últimos tres años o más. Lo primero es contenerlos y luego bajarlos.
¿Cómo conoció a la doctora Claudia Sheinbaum?
—No la conocía. La doctora estaba buscando quién le ayudara en la campaña en el tema de seguridad, que le dieran datos, un diagnóstico y qué proponer. Ella pidió ayuda a Marcelo Ebrard y Ebrard me pidió a mí que ayudara a la doctora.
Usted trabajó con Manuel Mondragón, ¿qué le aprendió?
El doctor Mondragón lo que más aportó a la policía y se notó, fue disciplina y control, mismas cualidades que perdió la policía en este sexenio, y con eso muestra la importancia que tienen para efecto de los resultados. Cuando tienes disciplina y dices ‘yo como secretario evalúo cada día los 847 cuadrantes y doy instrucciones’, y te das cuenta que en un cuadrante en tres días se incrementa algo y no tomas decisiones, empiezas a perder disciplina y control. Entonces los jefes de cuadrante sabían que todos los días iban a rendir cuentas y que para no pasar a la guillotina tenían que llevar resultados positivos, y la suma de resultados positivos hizo que en las administraciones de Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard bajara la incidencia delictiva, no obstante que la situación empeoraba en el país.
¿A usted lo inhabilitaron o no, en qué acabó eso?
—A través de un tribunal se determinó que la inhabilitación no fue válida, se declaró nula y se restituyeron todos mis derechos. Un particular había metido una queja de que yo [como Oficial Mayor] había dado un permiso de publicidad de forma indebida.
Los capitalinos tienen miedo de salir a la calle, ¿cómo lograr que ya no tengan miedo y volver a confiar en los policías?
—Para la doctora Sheinbaum es fundamental que la ciudadanía vuelva a confiar en los policías. En los primeros tres meses de gobierno, los 847 jefes de cuadrante van a visitar cada domicilio, a presentarse y a ponerse a las órdenes, dar sus teléfonos de contacto y escuchar a los vecinos. La confianza se genera cuando se rompe el hielo, cuando hay empatía y se ve que hay resultados con ese acercamiento. Será un proceso diario.