El Gobierno de la Ciudad de México alista un plan para implementar la nueva normalidad en el Centro Histórico, en el que se plantea un esquema de flujos vehiculares con calles compartidas y otras con acceso controlado, reducción de afluencias y supervisión en las plazas comerciales, y en la reinstalación de puestos en la vía pública.
En reunión virtual con comerciantes, Dunia Ludlow, coordinadora General de la Autoridad del Centro Histórico, presentó el plan y comentó que no reabrirán los negocios esta semana, pues el semáforo continúa en color rojo; sin embargo, con el proyecto que presentará próximamente la jefa de Gobierno, ya se alista el regreso.
Informó que se habilitarán calles peatonales para que se aplique la sana distancia durante el periodo de reapertura de actividades en el Centro Histórico, que será cuando se establezca el semáforo naranja.
Para ello se crearán macromanzanas, en las que se definirán vías estructurales de tránsito vehicular y una zona interior peatonal, con filas en banquetas y circulación peatonal en el arroyo vehicular.
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Se propondrán cuatro zonas de restricción en el Perímetro A del Centro Histórico: en la zona uno se establecerán esquemas de macromanzanas, vías estructurales con acceso vehicular, peatonalización interna, y se harán intervenciones en las calles de mayor demanda peatonal y ampliación de banquetas.
En las zonas dos, tres y cuatro se peatonalizarán las calles de 10:00 a 19:00 horas, de acuerdo con el calendario de comercio, respetando los sentidos de tránsito vehicular.
Mientras que Pino Suárez, 20 de Noviembre, República del Salvador, Belisario Domínguez, San Pablo, Simón Bolívar, Isabel la Católica, Plaza de la Constitución, Donceles y República de Cuba (de Eje Central a República de Argentina), mantendrán su operación habitual.
Además, la calle de Francisco I. Madero será de acceso controlado, con filtros de entrada en 5 de Mayo y 16 de Septiembre, y salidas sólo en vialidades con operación habitual.
Como parte del proyecto se instalarán 19 stands de higiene en los puntos de control de ingreso en la zona de restricción, que estarán equipados con cubrebocas, toallitas sanitarias y gel antibacterial, tendrán capacidad de atención para 500 personas diarias y los horarios serán de 10:00 a 19:00 horas.
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Para la reducción de afluencias durante la fase naranja, Dunia Ludlow comentó que las aceras de ambos lados tendrán espacios para dosificación de acceso y filas, además, se maximizará el espacio de circulación.
Habrá una semana rotativa en la que los locales con números pares abrirán los lunes, miércoles y viernes, y los nones los martes, jueves y sábados; todos deberán trabajar de 11:00 a 20:00 horas y los domingos el Centro Histórico se mantendrá cerrado.
“Las calles con más afluencia, que pongan en riesgo la salud, se cerrarán y se implementarán mecanismos de dosificación en las avenidas Madero y Corregidora”, explicó.
Comentó que del 30 de marzo al 18 de junio se tiene registro de 269 probables casos Covid-19 en la zona, de los cuales 116 son médicos que fueron trasladados con aparente contagio; 82 muertes por probable Covid, y 71 enfermos con probable portación del virus, pero con traslado por sus medios.
“El primer registro de un deceso por probable Covid-19 se presentó la semana del 19 al 25 de abril, mientras que la semana del 3 al 9 de mayo se registraron más incidentes, con una cifra de 52”, expuso.
EL UNIVERSAL consultó a Dunia Ludlow sobre la propuesta y prefirió esperar a que la jefa de Gobierno presente el plan.