El perímetro del Centro Histórico se encuentra aún blindado por elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana tal como los primeros días de la emergencia sanitaria por el coronavirus . A pesar del regreso a la "nueva normalidad” las tiendas de ropa, restaurantes así como el Zócalo se encuentran cerrados.
En un recorrido este martes se pudo observar que las autoridades en la calle Madero ya no permiten que ningún peatón o bicicleta transite la zona con el objetivo de resguardar los comercios que llevan más de dos meses cerrados por la emergencia.
“No hay acceso, ni a bancos, esta zona aún es considerada como de alto riesgo por contagios”, dijo el oficial Rodríguez. Sin embargo, en las calles aledañas Moneda y Corregidora donde se localizan bancos la afluencia de personas es constante.
Las filas para acceder a cajeros automáticos incluso al banco son de 10 a 15 personas, y aunque avanzan constantemente y se respeta la Sana Distancia, el peligro para adultos mayores y niños podría presentarse por los contagios del virus.
En ese sentido, la situación se agudiza en avenida Juárez y Eje Central ya que en las paradas del Trolebús se puede observar más de 15 personas con mercancía para sus negocios, y a pesar que Bellas Artes y la Alameda siguen cerrados se puede encontrar diversos turistas fotografiando los monumentos.
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Los Trolebuses que van en contraflujo se puede ver algunos llenos por las personas que aún acuden a la Lagunilla o Tepito, ya que en estas zonas no han parado pese que no son productos esenciales. “Vengo con cubrebocas y con guantes”, dijo una usuaria del Trolebús que bajo frente a la Torre Latino.
Quienes aún sobreviven en las calles pese la emergencia son los puestos de revistas y periódicos, Manuel Hernández, quien se encuentra frente al Palacio de Bellas Artes, comentó que ha sido difícil la situación económica, sin embargo, han recibido ayuda gubernamental para “aguantar la epidemia”.
“Ahí vamos, aguantando esto, el número de periódicos vendido ha bajado de 30 diarios a 7-8 vendidos, ni que decir las revistas. Sacamos más vendiendo chicles o cigarrillos a las personas que aún van a trabajar”, relató.
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