No fue el frío ni la tímida mañana del jueves lo que alejó a los “acarreados”, la colocación de vallas o los grupos de policías que cada año impiden el paso por las calles aledañas al Congreso capitalino. Fue la pandemia del Covid-19.
En esta ocasión, el Segundo Informe de actividades de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, fue a distancia y virtual, desde el Antiguo Palacio del Ayuntamiento.
Sin embargo, el virus no fue el responsable de las fallas de la transmisión, sino la improvisación en este tipo de eventos del personal del Canal de Televisión de la Ciudad (antes Capital 21), al decidir hacerse cargo de la difusión.
No quisieron ayuda de la gente del Canal del Congreso, mucho menos de la Coordinación de Comunicación Social. Pensaron que era lo mismo transmitir programas pregrabados. No sabían del riesgo y responsabilidad de transmitir en vivo ni enviar la señal a las redes sociales, donde hubo mayores quejas.
Pero entró en su auxilio el personal del Congreso, lo cual ocurrió cuando la coordinadora de Morena, Martha Ávila, le ordenó al Oficial Mayor, Alfonso Vega, entrar al quite.
Los “ataques” contra el Congreso comenzaron desde antes, pues mientras Sheinbaum Pardo recibió en sus oficinas a su gabinete e invitados, en el Antiguo Palacio de Donceles estaban nerviosos 19 de los 66 diputados; el resto, estuvo de manera virtual.
Incluso, lo que nunca hacen en sesiones presenciales, algunos hasta de traje y corbata aparecieron en pantalla. Como el diputado de Morena, Ricardo Ruiz Suárez, que sin su libro que lee en las sesiones, mostró interés.
Otros morenistas aprovecharon para hacer campaña, como Alberto Martínez Urincho, quien apareció con el Águila Juarense a sus espaldas, mientras que su compañera Leticia Estrada mostraba el logotipo de su partido, así como la dirección de sus redes sociales en color guinda.
Una vez que terminó el posicionamiento de los diputados, el personal del Congreso tomó el control de la señal, por lo que cuando comenzó a hablar la jefa de Gobierno, como por arte de magia, no ocurrieron fallas. Es más, hasta se escucharon los aplausos, esos que sólo se vieron por las pantallas como si se tratara de mimos.
Las fallas también prevalecieron en los organizadores del evento, pues aun cuando la Jucopo estableció la intervención de los diputados por cinco minutos, sólo el panista Diego Garrido López lo respetó y dejó que otro legislador lo utilizara.
Martha Ávila Ventura utilizó 12 minutos; el perredista Jorge Gaviño y la pevemista Alessandra Rojo de la Vega, 10 cada uno; la petista Lilia Sarmiento, nueve; el priista Miguel Ángel Salazar, ocho, y el pecista Miguel Ángel Álvarez, siete.