La venta de drogas al menudeo, los homicidios dolosos, así como el robo a transeúnte, a usuarios de transporte público y los feminicidios, pegan a la alcaldía Gustavo A. Madero, zona donde hace una semana fue asesinada Ingrid Escamilla por su pareja sentimental.
Cifras de la Fiscalía General de la Justicia de la Ciudad de México (FGJ) revelan un repunte de 10% de los delitos antes mencionados durante los últimos tres años en esta demarcación.
Estos crímenes se cometen en al menos cinco colonias, donde a pesar de los operativos y presencia de elementos de distintas corporaciones policiacas, la incidencia no baja.
En este sentido, académicos y especialistas en cuestión de seguridad explican que el fenómeno que se registra en la alcaldía está ligado a la falta de atención de las autoridades y el trabajo de inteligencia, pero también a la colindancia que tiene con municipios del Estado de México; históricamente ha sido la entrada de drogas y armas a la Ciudad de México.
“La delincuencia sigue teniendo el control del sector, donde incluso hay puntos en los que ni los policías entran; ese es el nivel de inseguridad en la zona”, explicó la socióloga de la UNAM Claudia Patricia Martínez.
En lo que corresponde a homicidios dolosos, en sólo esa demarcación, en 2018 se registraron 219 eventos, con 300 víctimas; en 2019 aumentó a 245 hechos violentos, con 400 víctimas, siendo mayo, julio y diciembre los meses más difíciles.
En ambos periodos, la GAM estuvo por encima de la media nacional, que fue de 12 víctimas diarias.
Destaca también que en 2018 fueron consignadas 779 personas —jóvenes de entre 17 y 22 años— por narcomenudeo, mientras que en 2019 la cifra fue de 875.
Del total, 1% sigue un proceso penal y el resto está en libertad. Contradictoriamente, con base en las indagatorias de las autoridades, 60% de las víctimas de homicidio doloso eran narcomenudistas o tenían antecedentes penales.
Las agresiones contra mujeres también son una constante; las violaciones, agresiones sexuales, acoso, así como la violencia intrafamiliar, incrementaron 20% en contraste con 2018 y 2019. Los casos que se investigan bajo el protocolo de feminicidio pasaron de 12 a 17 eventos.
“El problema también es de índole social; hay colonias que son una suerte de favela donde hay ´halcones´ y familias enteras dedicadas al robo y la venta y producción de droga”, dijo Roberto Martínez, perito criminal independiente.