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Ecatepec, Edomex.— El policía Cristian Cruz tomó una combi el viernes por la mañana para ir a la Ciudad de México a su trabajo. En la autopista México- Pachuca el chofer de la unidad donde viajaba chocó. Cristian murió de inmediato por un golpe en la cabeza. Sin dolor.
Su esposa, Montserrat Ramírez, había platicado con él un día antes, Cristian le preguntó: “Tembló, ¿estás bien?” Luego, él colgó el teléfono no sin antes recordarle que la vería el sábado.
Pero el viernes, Montserrat supo que Cristian, el hombre de 37 años, que conoció hace seis y con el que tiene un hijo de apenas un año, había muerto en el accidente vehicular por las fotos que se divulgaron en internet. Ella reconoció la chamarra que él solía vestir y su mochila negra con rojo, esparcidas sobre el asfalto.
“Pensé que él podría estar hospitalizado, pero no”. El sábado llegaron al panteón de San Cristóbal los amigos y los familiares cercanos a Cristian, conocido como Rocky, quienes le rezaron en la capilla uno de San Judas Tadeo; a las tres, cargaron su ataúd color mostaza hacia la iglesia y las 14 filas de bancas se llenaron de gente que acudió a darle el adiós.
El padre que ofició la misa dijo: “Hay que ser muy valiente para ponerse el uniforme de policía... Ahora, Cristian está descansando en paz. Lloraremos porque lo vamos a extrañar”.
Una hora después, cuatro hombres cargaron de nuevo su ataúd y lo llevaron hasta la sombra que proyectaba una sombrilla azul, frente a la fosa.
“Cuida a tu hijo, guíalo”, le dijo Monserrat al cuerpo de su esposo. “Nunca te voy a olvidar, todo va a estar bien”, le repetía llorando mientras la madre de Cristian la abrazaba.
Cristian o Rocky había cumplido 15 años en la Secretaría de Seguridad Pública, era policía preventivo de la Unidad de Protección Ciudadana Revolución-Alameda.
“Era una persona muy valiente, sabía a lo que iba, no tenía miedo. Él amaba su trabajo, iba siempre con la frente en alto. Muchas veces se guardaba su miedo y no me contaba todo lo de su trabajo para protegernos”, recuerda Monserrat.
Este policía, por quien su madre pidió una porra que retumbó en todo el panteón, tenía un lema: “Firmes y dignos ante las situaciones”, y así será recordado.
