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El tercer secretario de Seguridad Pública del presente sexenio, Raymundo Collins, ha sido un funcionario que ha laborado en las últimas tres administraciones del Gobierno de la Ciudad de México, pero no exento de la polémica.
De 64 años, el hoy secretario, por lo menos hasta el 1 de diciembre próximo, estudió Ingeniería Mecánico Naval en la Escuela Náutica Mercante. Ha trabajado tanto en la Procuraduría General de la República (PGR) como en la Secretaría de Seguridad Pública, en la Central de Abasto y en el Instituto de Vivienda local.
En su paso por la PGR fue subdelegado metropolitano y mando de la Policía Judicial Federal en la época del Cártel de los Arellano Félix.
Collins Flores llegó a la policía capitalina cuando Andrés Manuel López Obrador era jefe de Gobierno; fue subsecretario de la SSP de 2000 a 2003, cargo al que renunció en medio de escándalos de corrupción y quejas por violaciones a los derechos humanos.
También se abrió una averiguación previa en la Procuraduría General de Justicia por diversos abusos policiacos. Los agentes de esa corporación, imputados en el expediente 121/22/CUAUH/D4547, señalaron que “actuar con mano dura contra los delincuentes” era la orden que tenían del entonces mando de la SSP.
Ya en el gobierno de Miguel Ángel Mancera, Collins estuvo al frente de la Central de Abasto (Ceda); tanto la PGR como la procuraduría local iniciaron investigaciones independientes por las denuncias de los locatarios y empresarios de que cargas de droga llegaban a las bodegas en medio de frutas, flores y legumbres. La presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, Nashieli Ramírez, aseguró que no hay expedientes abiertos contra Collins y que no hay que prejuzgar, por lo que buscará una reunión con él.