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El Gobierno de la Ciudad de México en conjunto con la iniciativa privada puso en marcha el programa piloto Tira el Chicle al Bote, a través del cual se busca evitar que la goma de mascar termine en las calles.
De inicio, fueron colocados 75 contenedores especiales en postes de luminarias distribuidos en las calles Francisco I. Madero, 16 de Septiembre, República de Argentina, Seminario y Pino Suárez, en el Centro Histórico.
Además, brigadistas del Instituto de la Juventud de la Ciudad de México difundirán entre los peatones la importancia de esta campaña, a fin de crear conciencia entre ellos y evitar que los chicles terminen pegados en el pavimento y paredes.
Luis Lazcano, director de gomas y caramelos de Mondelez México, multinacional que produce marcas como Chiclets y Trident, explicó que los chicles que se depositen en los contenedores serán reciclados y convertidos en botes de basura.
“Hace más de un año arrancamos una campaña de forma voluntaria en la que incluimos en la publicidad la frase 'Tira el Chicle al Bote', una acción que se vuelve el primer paso en la educación que queremos promover en nuestra gente y el impacto positivo que queremos generar hacia la Ciudad de México”, indicó.
El coordinador general de la Autoridad del Centro Histórico, Jesús González Schmal, recordó que desde 2009 el Gobierno capitalino ha hecho diferentes esfuerzos para evitar que las personas tiren sus chicles al suelo.
“La lucha ha sido muy larga. El trabajo del Gobierno de la Ciudad para limpiar las calles, cuando el chicle se ha impregnado en la tierra, es un trabajo verdaderamente esclavizante, es muy duro.
“Es un trabajo que se hacía con mecanismos muy rudimentarios de gasolina y espátula, ahora hay máquinas un poco más modernas que las precipitan mediante calor y después absorción para el recogimiento de este chicle, no obstante, es un trabajo duro porque hay que hacerlo agachado en condiciones muy difíciles, de mucho cansancio”, aseveró.
El presidente del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México, Luis Wertman, señaló que tan sólo en la calle peatonal Francisco I. Madero se han llegado a contabilizar hasta 200 mil chicles pegados en el piso.
“Aquí no hay culpa del policía, aquí no hay culpa del Gobierno de la Ciudad de México, aquí no hay culpa de nadie, es una mala conducta que nosotros como ciudadanos ejecutamos. Y esa mala conducta que pensamos que no le afecta a nadie es la que genera una visión de descuido, una visión de que no está limpio nuestro entorno y peor aún, un costo que pagamos como ciudadanos.
“Hemos dicho que no estamos buscando ahorrarle dinero al Gobierno, lo que queremos como sociedad es que ese dinero que nosotros estamos haciendo que se gaste irresponsablemente con esta conducta, mejor sea utilizado en mucho mejores causas que requiere la sociedad”, enfatizó.
Luis Wertman precisó que esta campaña no generó costo alguno a la administración local, pues se realiza con el apoyo de las empresas productoras de goma de mascar.