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La tarde-noche del lunes Natalia , una estudiante de 22 años que cursa el tercer año de Enfermería en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza , ubicada en la alcaldía de Iztapalapa , salió del plantel acompañada de dos de sus amigos a sacar copias a un negocio cercano cuando de pronto sintió un duro golpe en la cabeza e instantes después sangraba en abundancia.
“Yo sentí un golpe en la cabeza del lado derecho, pero yo creí que había sido una piedra o que había algo que me había caído de los puestos porque fue un golpe fuerte”, contó.
Sus amigos la llevaron a servicios médicos en el interior de la escuela de la UNAM y el doctor que la atendió le suturó la cabeza. No se percató de la gravedad de la lesión que tenía Natalia, pero le dijo que fuera a un hospital para que le sacaran radiografías.
El responsable médico no pidió una ambulancia para que la trasladaran y la familia de ella tuvo que pedirle un taxi de aplicación digital para que la llevaran al Hospital General de Zona 8 del IMSS ubicado en la alcaldía Álvaro Obregón.
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Uno de sus compañeros fue con ella y en el trayecto que duró una hora a Natalia le dolía mucho la cabeza, toda la cara y tenía problemas para hablar.
Al llegar a las instalaciones del IMSS a donde llegaron sus familiares, quienes viven en la alcaldía de Magdalena Contreras, al igual que ella, tuvo que esperar hora y media para que la atendieran.
“Primero me revisó (el médico) y me dijo que no sabía lo que me había pasado porque yo le dije que no vi con qué me pegué y ya le dije que con lo que me había pegado había sido fuerte, entonces me manda a rayos x para descartar la fractura, pero tampoco sabían qué era, creímos que probablemente algo me rebotó como estábamos cerca de la avenida algún carro había aventado algo del piso”, narró.
Le tomaron otra placa y detectaron que tenía alojado en la cabeza, probablemente, un balín. “Llamó a otros doctores para preguntar su opinión sobre la placa y ya entre otra doctora y otro doctor dicen que es una bala de pequeño calibre ”, recordó.
La querían enviar de ese lugar a otro clínica de Calzada de Hueso para que la intervinieran quirúrgicamente, pero en ese sitio se encontraba un médico en el quirófano que aceptó operarla.
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“Preparan un equipo de curación, uno de sutura y me dicen que me van a poner anestesia local y que me va a cortar el cabello para poderme sacar la bala. Ya entonces me hace el corte como de centímetro y medio con anestesia local y ya me retira la bala. Me suturó la herida con dos puntos cuando retiró la bala, ya me la quita, me la muestra para que vea que es una bala”, dijo.
El proyectil que la lesionó era calibre 25 , le informaron después a Natalia.
El equipo médico que la atendió le hizo una valoración neurológica posterior y le informaron que no tenía daños en la cabeza y la dieron de alta la madrugada del martes.
“Me dijeron que tuve suerte por la forma en la que la bala me pegó, no me atravesó el cráneo. Fue extraña la manera en la que me pegó, ellos dijeron que entró en forma de sedal, como si entrara de lado.
El médico legista me dijo que muy probablemente había entrado (la bala) como sesgada, había pegado en mi cráneo y había intentado salir pero al pegar con mi cráneo perdió fuerza y ya no tuvo la fuerza para hacerme el orificio de salida”.
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Después de salir del hospital acudió al Ministerio Público a denunciar lo que ocurrió, pero ahí le dijeron que iban a enviarla a la alcaldía de Iztapalapa donde se registraron los hechos.
Natalia se siente afortunada de que no haya muerto por la supuesta bala perdida que la alcanzó y ahora se encuentra en su casa recuperándose porque aún tiene dolores de cabeza y una hematoma grande, también le duele la mayor parte de la cara y no puede comer alimentos sólidos.
El director de la FES Zaragoza, Vicente Jesús Hernández Abad , comentó que horas después de los acontecimientos se comunicó con Natalia para ofrecerle toda la ayuda que requiera.
Hasta la tarde del miércoles las autoridades educativas de la escuela de la UNAM no habían tenido contacto con las autoridades de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México para que se iniciara la investigación que permita establecer de dónde provino la bala que hirió a la alumna universitaria.
Hernández Abad solicitó que se refuerce la seguridad en la periferia donde se encuentran las instalaciones de la FES Zaragoza porque está ubicada en una zona de alta incidencia delictiva.