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Ricardo Monreal Ávila se acomoda en la silla de plástico frente a su escritorio en la jefatura delegacional en Cuauhtémoc. Se ve agotado, estresado y sin una definición clara de su futuro político inmediato, aunque desliza la posibilidad de seguir en la contienda por la jefatura de Gobierno ya sea solo o con otro partido. “Esa y otras opciones más tenemos sobre la mesa que estamos analizando”, dice.
El político zacatecano que asegura ser un hombre de fe, y así lo deja en claro el Santo Niño de Atocha que adorna el lugar, dice que no está peleado con Andrés Manuel López Obrador, presidente Nacional de Morena, pero lleva más de dos meses de no entablar conversación con él, ni en los momentos más críticos que se han vivido tras perder en la encuesta realizada la semana pasada.
Pero ello lo achaca a la nomenklatura del partido que actuó en su contra y a favor de Claudia Sheinbaum, aunque él evita decir su nombre. Tras reiterar que vive los momentos más difíciles de su vida, advierte que este ataque aún no termina porque viene la definición de las candidaturas a alcaldes y diputados locales, en los que advierte que habrá una cargada contra sus compañeros que podrían correr la misma suerte que él.
El también fundador de Morena y “socio” de Andrés Manuel López Obrador en la construcción del proyecto de nación, dice a EL UNIVERSAL que en estos momentos se “encuentra” en las canciones de Gardel y Juan Gabriel. “Por un lado parece que 20 años no es nada [en relación al tiempo que lleva en el partido] y, por otro, qué necesidad de seguir”.
¿Cómo está después de esos resultados de la encuesta?
—Estamos bien y de buenas; yo soy gente de bien, al final del camino se acomodan las cosas cuando actúas de buena fe y creo que finalmente se van a dilucidar estos entuertos, se van a enderezar y seguramente saldrá a flote la verdad. Estamos situados en un embrollo, por la falta de transparencia, por la opacidad, por la parcialidad y se juega mucho en este proceso que con un acto de voluntad se puede resolver, de autocrítica seria.
¿Quién no actuó de buena fe?
—No sé quién lo haya hecho, quién actuó parcialmente, siento que toda la nomenklatura estuvo caminando en favor de una preferida…
¿Dados cargados?
—No lo sé, sin tener las pruebas no me gusta hacer acusaciones en vacío, me gusta ver hacia adelante qué viene, qué vamos a construir, cómo podemos construir, cómo podemos determinar una salida digna para todos.
¿Faltó apoyo de Andrés Manuel?
—Creo que la nomenklatura actúo indebidamente en favor de quien ellos decidieron. Pero yo diría que quizá para muchos mi error fue trabajar coordinadamente con instancias de Gobierno, había molestias porque tenía una buena relación con Mancera, porque me reunía con el secretario de Hacienda para buscar recursos, había molestias porque me reunía con los secretarios para buscar de qué forma encauzar recursos a la delegación; pero eso no es ningún pecado, para mí no es ninguna traición.
¿Le pasaron factura porque desde un principio dijo que no se iba a confrontar con el Gobierno local?
—Puede ser, pero si no se hacía así el gobierno delegacional hubiera estado siempre en problemas.
Comentaba que la nomenklatura lo distanció de Andrés Manuel, ¿que tan grande es la separación?
—De mi parte no la hay. Bueno, tengo seis o siete semanas que no habló con él.
¿No es mucho?
—No porque el ejercicio de gobierno te toma mucho y su actividad es tan pensada que tiene poco tiempo, además han llegado muchos nuevos compañeros que le han ayudado y me parece que requieren más tiempo.
Yo no lo he visto, no me ha buscado y tampoco yo lo he buscado, esa es la verdad, no me gusta mentir, no tengo comunicación con él.
¿Pero no es más importante la definición que se tomó el jueves?
—Creo que la atención política, la cortesía, el trato, el fondo, la forma nunca están por demás. A un gesto de cortesía, de buen trato, nadie se niega y nadie se resiste y por eso creo que en el proceso interno de Morena no se actuó con inteligencia, faltó operación política, experiencia, capacidad para conducir el proceso y me temo que todavía no está acabado, porque todavía puede tener problemas severos en las otras posiciones, donde también habrá encuestas.
¿Quieren que el equipo de Ricardo quede fuera de las posiciones, de las candidaturas?
—Sí claro, no es que sea pitoniso, pero es normal que cuando no existe altura de miras simplemente se busca la aniquilación del adversario.
Por lo qué dice, ¿se le quiere fuera de Morena?
—Mira, yo he sido el que ha renunciado de los partidos donde he estado. Vamos a ver, todavía me muestro optimista, me muestro muy claro de lo que está pasando en el país, esta decisión es muy importante, es verdaderamente profunda, no es tan fácil, es una decisión que percibo y siento que puede provocar una ruptura mayor de la que muchos se imaginan.
Si Andrés Manuel López Obrador no lo ha buscado para resolver este problema, eso dice mucho.
—Él no acostumbra eso, yo lo conozco desde hace 20 años, lo conozco muy bien. A él no le inquieta esta parte, no lo presiona esto, no acepta ningún tipo de presión.
¿20 años no fueron suficientes?
—Por eso estoy entre Gardel y Juan Gabriel… 20 años no es nada.
¿Es posible que Ricardo Monreal deje Morena, pero desintegrado?
—Esa es una buena pregunta, pero no lo sé porque yo soy de los que piensa que los hombres públicos no pueden tomar decisiones precipitadas. Debemos tener mucha ecuanimidad, mucha cabeza fría, aunque tenga el corazón caliente, porque lo que pueda decidir también repercute en algunos simpatizantes que están también en la calle esperando una definición.
Pero tampoco se puede estar en un partido que no creyó en uno de sus aspirantes y donde su dirigencia no lo quiere ¿no?
—También, pero con la base militante, que creo hay coincidencias, sabe que tengo razón y que en efecto lo que ocurra en los próximos días va a definir mi futuro político.
¿Cree en los partidos políticos?
—No mucho, el régimen de partidos está muy erosionado, la falta de credibilidad es enorme y estoy pensando. Es un momento crucial de mi vida, el más importante en mis 40 años en la actividad pública que tengo que reflexionar sobre las ideas, opiniones, atender a la gente y no provocar una decisión que no sea meditada.
Sabe que si se va, de entrada, le hace un boquete a Morena en la Ciudad y como está el panorama político de negociaciones ¿todo podría venirse abajo?
—Sí, estoy muy claro y no soy ingenuo, hasta los adversarios históricos de Andrés están frotándose las manos.
¿Esa es la historia que también ha construido entonces? Es lo que le tiene meditando?
—Sí y las repercusiones en 2018, no puedes tomar una decisión sin haber revisado qué repercusiones tendrá.
Pero para usted sí pueden ser favorables, a lo mejor con Morena no, pero usted solo o con otra fuerza política sí puede llegar.
—Puede ser, es una buena reflexión que está con otras en la mesa.
¿Cuáles más?
—Varias, pero estoy dilucidándolas y no se las quiero adelantar.
Cuando dice vamos a esperar, ¿deja abierta esa posibilidad?
—Sí, la gente es la que manda.
Dice Claudia Sheinbaum que lo buscó, que le llamó por teléfono y sólo platicó con uno de sus colaboradores. ¿Va a hablar con ella?
—Sí, claro, no tengo problema, parece que es una mujer estupenda, no es un tema contra ella, no voy a subir ese tema a algo personal. Es institucional, político, de confianza y opacidad.
Usted dijo hace unos meses que si no ganaba o era el elegido, la delegación Cuauhtémoc no merecía un gobernante frustrado.
—Es como cuchillito de palo, estoy en eso, es parte de la reflexión.
¿Dejaría la delegación también?
—Han tocado un tema clave.
¿Se va o se queda?
Es parte de la reflexión, no se desespere, recuerde que le dije una cosa, estamos en agosto y yo hablé de septiembre u octubre. Se lo dije a usted y sigo pensando en lo mismo, fíjese sigo pensando en lo que le afirmé, no he cambiado de opinión al respecto.
¿Es una advertencia directa para Andrés Manuel López Obrador?
—Él no acepta eso, él no acepta ni presiones ni chantajes, yo lo conozco muy bien y no, no es una advertencia para él.
¿Se la va a consultar personalmente al líder de Morena?
—No, no creo que nos encontremos en el corto plazo, no lo creo, soy muy realista al respecto, no soy ningún ingenuo políticamente.