Hace casi un año, una adolescente de 14 años despareció en la Ciudad de México, y todas las pistas indicaban a que se encontraba en Tamaulipas.
Actualmente la adolescente está en casa, y el hombre que se la llevó está por enfrentar una condena por el delito de violación.
Aquel día, su mamá la había dejado atendiendo un negocio de comida familiar al sur de la Ciudad de México . La madre se ausentó por unos minutos para atender otros asuntos, y al regresar encontró el puesto vacío.
La madre regresó a casa, pensando que quizá su hija se había sentido mal. Pero Judith no estaba. Le marcó a su celular, pero estaba apagado. La buscó por horas en los alrededores del puesto de comida y por su casa, sin éxito.
Ese mismo día interpusieron una denuncia en CAPEA , donde a la familia la trataron bien, “pero yo sentí que eran muy lentos”.
Después de varias vueltas a CAPEA, los familiares solicitaron que se buscaran las posibles cámaras de vigilancia que grabarían el momento en el que Judith se ausentó, o con quién se fue.
Pero el agente a cargo se apersonó en el domicilio familiar, y no en el lugar de la desaparición, por lo que jamás se gestionó qué cámaras podrían haber tomado el momento.
Además, en la escuela secundaria donde estudiaba Judith, los directivos se negaron a que la familia preguntara entre amigos y compañeros de la desaparecida.Tampoco aportaron los números telefónicos de los compañeros, para que con ello los investigadores pudieran descartar en la sábana de llamadas.
Por su parte, como muchas familias de desaparecidos hacen, sacaron la sábana de llamadas del celular de Judith . Había muchos enlaces telefónicos a Altamira, Tamaulipas, desde tiempo atrás.
Judith, antes de desaparecer, salía poco o casi nunca con amigas. En realidad era más una niña de casa. Salía sobre todo con la familia, con sus hermanos, y en particular con la hermana mayor.
“No salía de casa, justo por lo de la inseguridad”, explicó su madre en aquel tiempo. Por eso, cuando Judith desapareció, la familia se angustió aún más. Estaban seguros de que conoció a la persona que se la llevó a través de las redes sociales. Si no, ¿de dónde había contactado a una persona de Altamira, Tamaulipas?.
Ahora, casi un año después, se sabe que la niña efectivamente fue enganchada por un hombre de Tamaulipas a través de redes sociales . Más aún, la niña, aunque se fue por propio pie, en cuanto llegó a aquel estado fue privada de la libertad.
Afortunadamente los familiares lograron conseguir la sábana de llamadas tanto de la hija como del agresor. “ Las autoridades de la Ciudad de México no nos hicieron mucho caso ”, explica ahora la madre.
Sin embargo, la Fiscalía estatal de Tamaulipas les ayudó mucho. La niña fue rescatada por medio de un operativo con miembros de la Marina.
La persona detenida fue acusada de dos delitos: privación ilegal de la libertad y violación . Sin embargo, el juez retiró el delito de privación ilegal de la libertad, ello a pesar de que Judith fue atraída con engaños y luego retenida contra su voluntad, explica la madre.
En cambio, el delito por violación sí procedió y en los próximos días se emitirá una sentencia.
Pero lo más importante para la familia es que Judith se encuentra sana y salva en casa. Está bien, “ dentro de lo que cabe ”, aclara la madre, quien agradece a todos los que ayudaron a que la adolescente fuera rescatada.
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