Dos adolescentes que pertenecían a la banda señalada como Los Diablitos reciben terapia en el DIF de la Ciudad de México, están conscientes de los actos que cometían y del daño que provocaron a otros ciudadanos, informó Neyieli Isabel González Solís, directora General del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia.
Señaló que los padres de estos menores de edad que se dedicaban a robar en la zona de Constituyentes, han mostrado colaboración con el DIF, al grado de que una madre de ellos ha solicitado seguimiento a su hijo para no repetir la historia, pues otro de sus hijos tiene antecedentes penales.
Al comparecer ante la Comisión de Atención al Desarrollo de la Niñez en el Congreso local, que preside el priísta Guillermo Lerdo de Tejada, González recordó que el 24 de septiembre de este año fueron canalizados al DIF y que se estableció un plan de restitución integral de derechos, que pondera entre otros aspectos el derecho que tienen a vivir en familia.
“Están conscientes de que se pueden reintegrar a la sociedad y a actividades educativas. Son adolescentes y como tal tienen derecho a la educación”, recalcó la funcionaria.
Dijo que desconoce por cuánto tiempo estarán bajo resguardo del DIF. Detalló que los adolescentes de 12 y 13 años están en dos casa hogar, desde donde se les integra a programas de educación y a talleres.
En el caso de uno de ellos, precisó, se llevan a cabo valoraciones para su acogimiento con familia extensa: “Adicionalmente, personal de este sistema ofrece seguimiento social y apoyo sicológico un día a la semana en las instalaciones de los CAS donde se encuentran, a fin de verificar su adaptación y socialización”.
Respecto a la situación de los niños del Jardín de Niños Marcelino de Champagnat, presuntamente abusados sexualmente, comentó que a pesar de que no es una atribución del DIF se está actuando.
Quien sí le cuestionó el informe entregado fue el diputado local del Partido Acción Nacional, Federico Döring Casar, quien reprochó a la funcionaria de la Ciudad de México que en su informe de 82 hojas no hubiera un solo párrafo que hablara acerca de la situación de los niños que viven en las cárceles.