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david.fuentes@eluniversal.com.mx
Mientras que para algunos imputados la justicia es laxa y para otros errónea, en algunos casos es exagerada. A Israel lo condenaron a dos años de prisión por robar dos cervezas de una tienda de abarrotes; sin embargo, un juez apeló para aumentar la sanción a cinco años. Dentro de la cárcel hizo los cambios y ajustes necesarios para ser un “hombre de bien”.
Israel Olmedo Flores contó que en diciembre de 2015 no diferenciaba entre el día y la noche; además andaba en malos pasos. En estado de ebriedad y bajo los influjos de las drogas entró a un establecimiento de abarrotes, tomó un par de cervezas y se salió. Metros adelante fue detenido por la policía.
Con 31 años de edad, el detenido fue llevado ante un juez, quien lo condenó a dos años de prisión por el delito de robo. Sin embargo, la procuraduría capitalina no estaba conforme y apeló la sentencia argumentando el “peligro” que implicaba tener a este hombre en libertad. Logró que el Tribunal de Justicia capitalino aumentara la condena a cinco años de prisión, lo que marcó su vida para siempre.
El hombre no entendía porqué un “error” le costó tanto, además al ser sorprendido entregó lo que robó y prometió pagar los daños ocasionados; sin embargo, ante la insistencia de los propietarios los policías lo consignaron al Ministerio Público.
“Hasta la fecha se me hace increíble cómo acabé aquí por robar dos cervezas, sé que es un delito, tenía un problema con el alcohol y las drogas pero no maté a nadie ni robé millones, es algo que me costó mucho trabajo entender, conozco mucho casos similares”, relató.
Tras estar tres meses en el Reclusorio Oriente, Israel conoció a la presidenta de la Comisión Especial de Reclusorios de la Asamblea Legislativa, Rebeca Peralta, quien escuchó su caso y lo ayudó a tramitar un beneficio de liberación anticipada condicional, toda vez que era primodelincuente y estaba acusado de un delito menor.
Al preliberado le fue ordenado firmar cada semana su estancia en la Ciudad y realizar trabajo en favor de la comunidad, pero no tenía dónde trabajar para generar ingresos, así es que la diputada le ofreció empleo.
La legisladora Rebeca Peralta, aseguró que Israel es un ejemplo de que en las cárceles hay muchos internos que sólo necesitan una oportunidad y ser apoyados para evitar que reincidan en la delincuencia.