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La crisis de inseguridad que vive la Ciudad de México en los últimos 14 meses ha rebasado a las autoridades. A decir de la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos (CDH) local, Nashieli Ramírez , los encargados de la seguridad pública han fallado en garantizar la tranquilidad y el bienestar de los capitalinos.

Al término de su primer informe de actividades, Ramírez destacó que las autoridades no han entendido que los hechos delictivos no se deben combatir con más violencia ni de manera punitiva, al explicar que ya se ha comprobado en otras entidades que de esa manera se genera más violencia y como muestra, dijo, están las quejas por abuso de autoridad, detenciones ilegales y otras faltas de los policías.

La derechohumanista propuso que, para revertir esta situación, los encargados de la Ciudad de México tengan una visión más integral de la situación que se vive la capital y, sobre todo, que se enfoquen en el tema de la reconstrucción social, trabajo que aunque se contempla a largo plazo sería en beneficio de las próximas generaciones; advirtió que de lo contrario la violencia seguirá escalando.

“Los problemas principales son dos: el primero, que la autoridad se está viendo rebasada a partir de esta ola de violencia, pero lo que más nos preocupa es que esto genera una respuesta que generalmente es muy autoritaria y, entonces, lo que pasa es que aumenta la violencia y también el uso excesivo de la fuerza, así como las detenciones arbitrarias de parte de la seguridad pública.

“El error es que seguimos pensado que los problemas de seguridad solamente se atacan con una visión de seguridad pública y mano dura. Está probado que no es así, tenemos que regresar otra vez a un esquema de prevención, sobre todo si tomamos el rango de edad de quienes participan en los delitos; estamos hablando de jóvenes menores de 29 años, muchos de ellos en edad escolar”, argumentó Ramírez Hernández.

Esta es otra de las preocupaciones que tiene el organismo, pues las estadísticas delictivas han dejado en claro que cada vez son más los menores de edad que ingresan al ámbito delictivo. Algunos son utilizados por la delincuencia y otros, al estar en abandono del seno familiar o que no son supervisados por algún adulto, fácilmente son enganchados ante la falta de orientación. “Estos jóvenes deberían estar cubiertos con otro tipo de programas, más de índole preventivo que punitivo”, advirtió.

“Se falla también al momento de pensar que es función de una sola secretaría, el fenómeno de la inseguridad y la delincuencia con problemas integrales, que tienen que ver con educación, con una política de primer empleo, con fenómenos de violencia que se dan en las casas, tienen que ver desde cómo enseñas a los niños a convivir y a respetar”, puntualizó la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos en la Ciudad.

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