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Susanne Matte, preparatoriana de 16 años, llegó a San Pablo Chimalpa con su familia y con Luz María Hernández, una economista amiga suya. Querían ayudar, pero no sabían cómo sin ser políticas ni pertenecer a una fundación.
“Pensamos recolectar fondos para reconstruir casas, pero era difícil. Así que replanteamos el proyecto para hacer baños que no estaban incluidos en sus planes de reconstrucción”.
Aunque la meta era recaudar 50 mil pesos a través de Donadora, Susanne sólo obtuvo 6 mil 600 que sirvieron para comprar tubos y material de plomería para las casas de Leticia y Francisca Martínez.
“Adrián Rubalcava dijo que aquí sólo se cayeron 60 casas y 120 tenían afectaciones, pero que aparecieron muchas más demolidas porque la gente las tiró para conseguir una casa nueva. Su dicho es infame, un manejo tendencioso de la realidad porque según ellos el Gobierno Capitalino no les dio recursos; pero yo creo que al menos podían gestionar mejores recursos del Fonden”.
Por eso, Susanne relanzó de nueva cuenta su campaña en Donadora con la intención de poder ofrecer más baños dignos a otras casas en reconstrucción en San Pablo Chimalpa.
“Creo que hay desconfianza en la gente sobre el uso del dinero; quizás falta sensibilidad si piensan que fue suficiente con haber donado una sola vez. Es que no se dan cuenta lo que les cuesta a estas familias reconstruir sin apoyos reales. Y un baño siempre es muy necesario”.
En Cuajimalpa, en términos políticos, la reconstrucción concluyó en octubre cuando Salazar dejó de reportar en su cuenta de Twitter la entrega de material de construcción a damnificados. Dijo incluso que éstos fueron pagadas con recursos propios y de la iniciativa privada. Pero además reafirmó su dicho en su segundo informe de labores —a finales de noviembre— cuando aseguró: “Mientras el gobierno central apenas habla de reconstrucción, nosotros ya reconstruimos”.