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El ataque ocurrido el viernes pasado en las inmediaciones de la delegación Iztapalapa, que dejó un saldo de tres personas sin vida y cinco más lesionadas —entre las que se encuentra una menor de edad—, está relacionada con el ajuste de cuentas entre bandas rivales dedicadas a la venta de droga al menudeo, al robo de casa habitación, de transporte público y transeúntes en la zona del sur de la Ciudad.
Según las primeras líneas de investigación de la Procuraduría capitalina, las víctimas “operaban” en los límites de las delegaciones Iztapalapa, Xochimilco y Tláhuac. A decir de las versiones de sus familiares, asentados en la carpeta de investigación, en días pasados aparentemente recibieron una “advertencia” de una célula criminal asentada en Tláhuac; les dijeron que solamente vendieran la droga que ellos surtieran y además, que no se metieran al sector antes mencionado a robar.
Sin embargo, hicieron caso omiso a las amenazas y el viernes fueron atacados mientras comían en familia en un puesto de quesadillas. A decir de los agentes de investigación, el blanco del ataque era el jefe de familia, Roberto Carlos de 31 años y Stiven Giovanni de 27 años, ambos conocidos delincuentes del sur de la Ciudad. El primero estuvo preso en el Reclusorio Norte en 2009 por robo agravado; el segundo, estuvo en el Reclusorio Sur por robo agravado en 2015.
En este sentido, la Procuraduría capitalina no descarta que el móvil del crimen sea un ajuste de cuentas entre pandillas rivales que operan en el sector que apenas hace un año era dominado y controlado por el líder del Cártel de Tláhuac, Felipe de Jesús Pérez Luna; ahora y con base en las carpetas de investigación, se ha convertido en un “punto rojo” por el incremento en los homicidios dolosos tipo ejecución.
Sobre los agresores, se tienen imágenes claras de los vehículos que usaron, así como de la ruta de escape. Las cámaras de vigilancia del C-5 de la Secretaría de Seguridad Pública (SSPCDMX), los captaron cuando se perdieron en colonias de la delegación Tláhuac, pero los rastrean por las placas de un vehículo que utilizaron para escapar y de una motocicleta en la que aparentemente escaparon los sicarios.
En la escena del crimen se encontraron 25 casquillos del calibre nueve milímetros, mismos que son analizados para determinar si la o las armas de donde provienen fueron utilizadas en otros eventos violentos registrados durante la semana pasada en Venustiano Carranza y Benito Juárez, pues el modus operandi y la motocicleta que las cámaras captaron en estos eventos, tienen muchas coincidencias.
En el primer trimestre del año, en “el triángulo del sur” —Xochimilco, Tláhuac e Iztapalapa— los homicidios dolosos han incrementado. Estadísticas de la Procuraduría capitalina revelan que son 34 las ejecuciones en aquel punto.