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Integrantes de la célula criminal asentada en Xochimilco, según los reportes de la procuraduría capitalina, se comportan como su ex líder Felipe de Jesús Pérez Luna, El Ojos, abatido por la Marina: manejan bajo perfil, controlan por lo menos 70 puntos de venta de droga en dicha demarcación, corrompen a policías, extorsionan y siembran miedo.

Su forma de operar los vuelve peligrosos para las autoridades, pues saben que de esta manera se pueden expandir sin que nadie los detecte.

El informe en manos de la procuraduría capitalina detalla que Rodolfo Rodríguez Morales, La Gorda, desde 2015 tiene su centro de operaciones en el Barrio de San Diego.

Los puntos de venta de droga más importantes en la zona fueron ubicados en San Esteban, La Santísima, Santa Crucita, Xaltocán, El Paraíso, Guadalupita, Tlacoapa, Belem, Santa María Nativitas, Tulyehualco, así como en los pueblos de Xochitepec y Santiago Tepalcatlalpan.

La información también detalla que existen testimonios y denuncias que lo ligan directamente con la trata de personas en diversos bares localizados desde Xochimilco hasta Tlalpan, pasando por Coyoacán e incluso en Benito Juárez, en donde uno de sus grupos se dedica a la extorsión y tienen su nicho en tianguis y mercados de la zona centro de la delegación.

Ahí mismo se investigan a los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública. Inteligencia reveló que ofrece 4 mil pesos mensuales a los oficiales y 7 mil a los de la procuraduría.

En este sentido, autoridades federales y locales, antes de hacer una nueva incursión, primero piensan limpiar las corporaciones policiacas y analizar el trabajo de halconeo que hacen taxistas e incluso niños en toda la delegación Xochimilco. Aunque la presencia de elementos de la PGJ se ha incrementado, aún no tienen definida la estrategia para desmantelar esta nueva célula criminal que opera al sur de la Ciudad.

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