La Secretaria de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la Ciudad de México (SECTEI) informó que la fábrica de mascarillas N95 , creada con la triple alianza de la UNAM y la empresa Alta Tecnología en Filtración de Aire S.A. de C.V. (ATFIL), obtuvo el Certificado de Conformidad con la NOM-116-STPS-2009, otorgado por el organismo de Normalización y Certificación NYCE S.C.
En un comunicado de prensa, indicó que hasta el momento la empresa produce 100 mil piezas semanales y ha generado ya casi un millón desde que inició operaciones.
Para recibir la certificación NOM-NYCE, la mascarilla fue evaluada con pruebas de integridad, resistencia a la penetración y resistencia al flujo de aire. Obtuvo valores de eficiencia arriba del 95 por ciento, resultado que impacta favorablemente en los procesos de producción, pues reduce los riesgos que el producto pudiera representar a la seguridad de los usuarios y que lo posiciona como un producto mexicano de innovación.
"A fin de atender la escasez de equipos de protección personal para los profesionales del sector salud y garantizar su suministro continuo, a partir del inicio de la pandemia en marzo pasado se logró la primera producción en tan solo cinco semanas.
La forma en la que se fabrican son bajo altos estándares de calidad y con materiales especializados", indicó.
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Cabe mencionar que la mascarilla está compuesta por cinco capas de tres materiales distintos: I) dos capas exteriores de tela sintética repelente a microgotas; II) dos capas al interior de tela sintética termoformable (que conserva su forma al ser procesado con calor) y III) una capa central de medio filtrante Meltblown de polipropileno con retención de partículas hasta 0.3 micras. Con la integración de estos materiales se obtiene una alta eficiencia de filtrado.
La Secretaría de Educación local mencionó que para el sector médico del país contar con un producto de grado médico producido en México es esencial para garantizar la continuidad de las labores médicas con la confianza y seguridad necesarias.
Debido a su calidad, diseño ergonómico y adecuado a la antropometría, tamaño y forma del rostro, de los mexicanos, así como a la capacidad de producción , fundaciones como la de BBVA fueron de las primeras en adquirir 250 mil mascarillas y donarlas al sector salud de la Ciudad de México y a los institutos de salud pública del gobierno federal.
También se han destinado a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y a otras entidades públicas que han mostrado interés. La cooperación incluye a entidades federativas e incluso hay interés de naciones latinoamericana como Panamá, Guatemala y Perú, además de Norteamérica y Europa.
Desde el inicio de operaciones el pasado 20 de mayo la mascarilla contó con el certificado para su producción y distribución otorgado por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) con registro sanitario número 0520C2020 SSA.
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