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Las mil 512 ejecuciones que se registraron durante el año pasado en la Ciudad de México tienen varios factores en común.
El análisis de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) sobre los homicidios dolosos, registrados del 5 de diciembre de 2018 al 31 de diciembre de 2019, reveló que 20% de las víctimas son exconvictos, todos alguna vez estuvieron en prisión por delitos que van desde el narcomenudeo, la extorsión, el robo con violencia y hasta el homicidio.
De igual manera, se establece, con base en un denominado reloj criminológico, que los días sábado y domingo, en un horario de 20:00 a 00:59 horas, es cuando se cometen más homicidios.
Gracias al resultado de este análisis, tanto la Secretaría de Seguridad Ciudadana como la Fiscalía General de Justicia (FGJ) de la capital han implementado diversos operativos que buscan inhibir la actividad de los criminales.
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Las cifras revelaron que de mil 60 víctimas de homicidio por arma de fuego, en 190 casos los agresores escaparon en motonetas, sin que hasta el momento se tenga una idea del paradero de los responsables.
De igual manera se destaca que del total de la víctimas, 307 contaban con antecedentes penales.
De las cinco zonas, el oriente y el norte son las que registraron mayor incidencia delictiva, con 481 y 422 eventos durante el periodo ya mencionado, lo que representa 59% de todos los eventos.
La colonia más conflictiva es la Morelos y la zona Centro, donde también han repuntado las denuncias por extorsión, sobre todo a comerciantes. Durante el año pasado, marzo, mayo y diciembre fueron los meses más violentos, con 157, 149 y 100 víctimas, respectivamente, de acuerdo con la SSC.
Para el investigador en temas de sociología criminal Daniel Cunjama el uso de motocicletas por parte de los sicarios forma parte del modus operandi de los grupos de delincuencia organizada en la capital del país, con el cual se hace una división del trabajo.
El especialista explicó que son jóvenes que incluso ofrecen sus servicios para ejecutar y utilizan mochilas cruzadas en las que guardan sus armas de fuego y, por lo regular, van en pareja a bordo de motos.
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Detalló que así se organizan para operar los grupos dedicados a la venta de droga, lo que reafirma la hipótesis de que los homicidios dolosos ocurridos bajo esta modalidad están ligado a disputas entre narcomenudistas.
Falla reinserción
El criminalista por la UNAM Alejandro Mendiola apuntó que el alto índice de los homicidios de exconvictos se debe a la falta de atención preventiva de las autoridades, puesto que no hay un seguimiento real de todos aquellos que abandonan las cárceles.
Expresó que las liberaciones aumentaron con la entrada de la nueva reforma penal, pues uno de los beneficios de dicha norma obliga a los imputados de algún delito solamente a acudir a firmar y no permanecer tras las rejas, pero pocas veces la autoridad da seguimiento a las acciones de los exconvictos.
“Cuántas veces nos hemos enterado por las noticias de que un delincuente es detenido nuevamente o incluso asesinado porque sólo acudía mensualmente a firmar ante el juez. Eso se debe a que no hay un seguimiento o un interés de las autoridades en materia de prevención, cuando alguien sale de prisión regularmente regresa a delinquir y no se reinserta de manera correcta a la sociedad”, enfatizó.
“Entonces encontramos otra falla del sistema judicial, no hay un seguimiento de su conducta, salen de prisión y a nadie le importa si en verdad tiene un trabajo honesto o regresaron a delinquir, ese es gran parte del problema que tenemos.
“Las noticias de que matan a una persona que acaba de salir o que esa persona agrede a otra son frecuentes y se debe atender esa causa también”, reiteró el especialista en entrevista con EL UNIVERSAL.