Desde el caso uno de contagio por coronavirus en la Ciudad de México, el personal del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM) divide sus labores entre la atención a los casos infectocontagiosos y el resto de emergencias que ocurren todos los días en la capital.
Al día, al ERUM se le canalizan de 10 a 15 reportes de personas con sospecha de contagio por Covid-19, de los cuales sólo tres casos terminan en traslado a un hospital para su atención inmediata. Todos los reportes que atiende previamente pasaron por un filtro a través de la línea del 911, donde se implementa el uso de videollamadas para conocer la gravedad del paciente.
Sus tres ambulancias especializadas con cápsulas para aislar a los contagiados deben partir desde la base central del ERUM, ubicada en la calle Chimalpopoca, en la colonia Centro, a cualquiera de las 10 alcaldías donde tiene cobertura.
Como profesionales de la salud, los más de 580 elementos también están expuestos a contraer el virus, dice el director del ERUM, Guido Sánchez Coello, y “tienen miedo evidentemente de ser un foco de contagio”, por lo que una de las prioridades es proteger a todo el personal, pues “por cada paramédico sano atendemos a una cantidad [mayor] de ciudadanos”.
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Héctor Brito Lira enfrentó como enfermero el brote de influenza AH1N1 en 2009 en el interior del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, ahora combate el SARS Cov-2 (Covid-19) como paramédico del escuadrón.
En tiempos de influenza Héctor era estudiante de la Licenciatura de Enfermería y los casos de contagio que observó en aquellos años no se asemejan a lo que ahora atiende, porque este virus se propaga de forma muy rápida.
Actualmente es uno de los más de 580 elementos del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médica, que luchan por atender inmediato y evitar más contagios comunitarios de coronavirus en la Ciudad.
Él como el resto de sus compañeros se encuentra en la línea de fuego atendiendo todos los días a personas sospechosas. Héctor ha realizado el traslado a hospitales de dos personas con sintomatología grave.
A pesar del riesgo que conlleva la atención a los pacientes se vuelve más fiel a su trabajo. Vive con sus padres y en su casa se apegan a las medidas de prevención sanitaria implementadas por las autoridades de salud, pero no temen a este virus, según contó el mismo enfermero a esta casa editorial.
“Somos profesionales de la salud y como tal debemos responder con la más alta calidad en la atención médica. Sabemos desde un principio todos los riesgos que conlleva, por ello nos equipamos y capacitamos para contener a este virus.
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“Todo el trabajo lo hacemos por amor a la profesión. Desde que elegimos esta profesión sabíamos que es de riesgo y tratamos de protegernos entre nosotros”, comenta Héctor frente a una de las ambulancias acopladas con cámara aislante para el traslado de contagiados.
Para Héctor Brito, quien lleva cinco años en el escuadrón y tiene una Licenciatura en Enfermería y Obstetricia con Maestría en Atención de Servicios de Salud, la operación en las calles sigue siendo la misma, pues sabe que cuentan con la especialización para atender casos sospechosos o graves por coronavirus.
A pesar de la contingencia, el personal del ERUM también debe estar atento a todo tipo de casos que ocurra en la capital del país, como accidentes de tránsito u homicidios dolosos, los cuáles no cesan.
Ante el temor de ser ellos un foco de contagio, Guido Sánchez cuenta en entrevista con EL UNIVERSAL que desde el día uno se ha dado capacitación al personal, así como la entrega del equipo correspondiente para protección, como batas desechables, mascarillas con filtro del modelo N95 y guantes de látex.
Cuando les reportan casos sospechosos arriba primero una motoambulancia con un elemento, ahí hacen la primera valoración con un termómetro infrarrojo, en caso de que sea un caso grave, se envía alguna de las tres unidades especializadas.
Este personal va protegido con traje tyvek, guantes, goggles y careta, para evitar algún cruce que los exponga al virus.
“De esa manera ponemos una barrera importante para prevenir cualquier contagio, es fundamental tenerlos sanos, primero porque lo merecen, están trabajando con la salud, y segundo porque cada paramédico sano atiende a una cantidad [mayor] de ciudadanos que requieran nuestro servicio”, destacó.