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“A varias de nosotras nos trajeron con engaños. Nos enganchan en Colombia, Venezuela, Argentina o Brasil y nos dicen que aquí en México nos va a ir bien y no es cierto, aquí nos matan y nunca pasa nada”, dice en el anonimato una escort cuyos servicios se anuncian en un portal de internet donde también trabajaban Génesis y Karen, asesinadas en moteles este año.
El sitio encaja en el nuevo perfil de trata que buscan erradicar las autoridades de la procuraduría capitalina en coordinación con las federales y organismos internacionales. Las investigaciones con base en testimonios de las modelos y edecanes rescatadas indican que las reclutan en Centro y Sudamérica con la promesa de ofrecerles trabajo en televisión o en pasarelas aquí.
Sin embargo, al llegar a la Ciudad la realidad es diferente. Las obligan a vivir en lugares de 60 metros cuadrados junto con por lo menos 10 chicas más, una litera para dormir les cuesta 5 mil pesos más otros 10 mil pesos del departamento, aunado a esto, pisando tierras mexicanas las jóvenes tienen una deuda de 100 mil pesos más la comida, ropa y clases de modelaje.
Con el argumento de que “por el momento” el trabajo en televisión o pasarela es escaso, las conminan a ofrecer sus servicios sexuales para empezar a pagar la deuda y evitar que esta crezca, es en este punto donde comienzan a comercializar sus cuerpos, no pueden denunciar porque sus documentos los tienen ellos, no pueden pedir ayuda porque les avergüenza que sus familias se enteren que son prostitutas y no logran escapar sin dinero.
“Esa página y otras operan así, a ellos les pagamos mensualmente por anunciarnos, por renovar el portafolio de fotografías, nos cobran por esto, por lo otro y por aquello, ¿qué nos queda de ganancia para nosotras que somos las que hacemos el trabajo?, nada.
“Por decirte un ejemplo, si cobramos 2 mil 500 pesos, mil se lo queda la página, 500 por gastos de representación, ya son mil 500, ahora de lo que nos resta pagamos taxi, comida y eso, claro que es una explotación sexual”, comentó una edecán identificada como Mireya.
Las escort revelan que estos grupos son una mafia internacional con conexiones en Centro, Sudamérica, Estados Unidos e incluso Europa. México, aseguran, se lo venden como un país de “paso”, el trampolín para llegar a EU; sin embargo, esto no sucede nunca, porque después de trabajar casi un año para pagar la deuda, terminan agotadas y muchas se regresan a su país. Otras se mantienen en el negocio por uno o dos años más, puesto que para el mercado llegar a los 30 años no es redituable. Las que entran en este rango, explican, ponen establecimientos comerciales como estéticas, clínicas de salud o se convierten en “madrotas”. Las menos, logran establecerse sentimentalmente y forman una familia y terminan por salirse del círculo.
“La gente cree que vivimos la vida loca y no es así, hacemos esto por necesidad. Hay mucha rotación, en cuatro o cinco meses las chicas que se anuncian no son las mismas, muchas se regresan, otras trabajan hasta llevar algo de dinero a sus casas, pero todo lo tienes que hacer con permiso de ellos.
“No quiero ponerme paranoica, pero Génesis y Danna eran independientes, y fueron de sus mejores muchachas, no descarto que como venganza las hayan matado, es una mafia muy poderosa”, dice Mireya.