metropoli@eluniversal.com.mx
La última vez que los familiares de Hugo Leonardo Avendaño Chávez vieron su cuerpo fue al entrar a la funeraria Paraíso Avante, en donde lo cremaron. El pasado miércoles fue encontrado sin vida en el interior de su vehículo; mostraba golpes y signos de estrangulamiento.
“¿Por qué?”, repitió tranquilo uno de sus familiares, mientras la puerta corrediza, ubicada a un costado de la entrada principal de la funeraria, se iba cerrando para que, en un acto de soledad, los deudos se despidieran de Leonardo.
“Échale, échale”, le dijeron a aquel familiar mientras se incorporaba al resto de las personas que rodearon el féretro; luego vinieron los murmullos, el llanto y una puerta cerrada para ellos frente al estudiante.
El silencio en el lugar se rompió con los aplausos que le hicieron; después los trabajadores retiraron el féretro por la parte trasera, rumbo a la cremación, al último lugar. Luego, todos se dispersaron para resguardarse sobre la terraza.
Antes del mediodía, hora a la que arribó la familia con el cuerpo al Paraíso Avante, se ofició una misa por el joven de 29 años, que quería ser sacerdote y que disfrutaba de los viajes, en una iglesia ubicada en la colonia Miguel Hidalgo, tercera sección en Tlalpan.
Laura Villafuerte, compañera de Leonardo Avendaño, recordó que ambos se comunicaron vía telefónica el martes 11; hablaban mucho, según contó a EL UNIVERSAL, y aquel día no fue la excepción.
Él le contó que había terminado de hacer unas compras, pero más tarde no volvió a saber más de Leonardo, hasta que su familia había comenzado su búsqueda.
Con lágrimas a punto de brotar y palabras entrecortadas, Laura pidió que las autoridades “pongan todo su esfuerzo para que esto se solucione y se sepa qué pasó, que mejoren la seguridad de la Ciudad de México, porque no es posible que esto siga pasando, yo no sospecho de nadie, no tengo idea”, dijo.
Las últimas palabras que Daniela Durán, prima de Leonardo, se atrevió a decir en plena funeraria fue: “Esta situación no se la deseamos a nadie, es un momento doloroso y lo único que queremos es que se haga justicia, que esto no le vuelva a pasar a un estudiante más, a una mujer más y que nos sirva a todos de lección”.
Dijo que las autoridades tienen un papel difícil, pero no imposible, y que se necesitan resultados, por lo que confió en que no dejarán ir este caso y que su primo no será un número más para la Ciudad.
“Vamos a dejar que las autoridades sigan su trabajo, obviamente sin dejar de presionarlos para que nos apoyen a hacer justicia para Leo. Pero realmente nos quedamos en eso, no hay otra línea [homicidio] ni hay indicios de otra cosa. Esperemos que esto no se quede aquí, como familia nos reuniremos para alguna acción si no vemos avances”.