A un día de arrancar la octava semana consecutiva del color naranja del semáforo Covid-19 en la Ciudad de México, los capitalinos salieron a las calles en día de quincena y abarrotaron el Centro Histórico, hicieron fila para entrar a plazas comerciales o al banco, y se congregaron, con cubrebocas, pero sin sana distancia, en diversos puntos de la capital. Con la reapertura, las actividades se han intensificado.
EL UNIVERSAL recorrió diferentes zonas como el Centro, el Bosque de Chapultepec, Aragón y plazas comerciales, y se pudo observar que muchas personas ya no se quedan en casa.
Mientras ayer por la mañana en el Bosque de Chapultepec, en la alcaldía Miguel Hidalgo, las personas no saturaron las instalaciones y portaban cubrebocas, lo mismo sucedió en el Bosque de Aragón, en Gustavo A. Madero, pero en el Centro Histórico la situación fue diferente.
“Algunos no usan cubrebocas la verdad, pero nosotros aquí les regalamos uno, pero sí hay mucha gente”, expuso uno de los que portan chaleco verde.
El viernes, afuera de la estación del Metro Bellas Artes, los usuarios saturaban las escaleras para salir del transporte.
En el caso de las plazas comerciales, que deben operar a 30% máximo de su capacidad, la demanda de ingreso aumenta. En Parque Delta, en la alcaldía Benito Juárez, la gente abarrotó las tiendas e hicieron fila para poder ingresar.
En el oriente de la ciudad, para entrar a la plaza comercial Parque Tezontle, en Iztapalapa, la gente tuvo que hacer filas por más de 25 minutos, pues cientos de personas acudieron para hacer compras, pagar deudas o únicamente dar un paseo.
Los cinco accesos de esta plaza se encontraban saturados, las personas que estaban más cerca de las puertas sí guardaban su sana distancia, los que se encontraban al final de la fila, la mayoría, hacía caso omiso a las instrucciones del personal del inmueble.
En la Condesa, restaurantes vacíos
“En 42 años que llevo a cargo de esta taquería, nunca había visto algo así, ni la influenza, ni los sismos nos habían afectado tanto como ahora, las ventas han bajado hasta 60%”, comentó José Bonifacio, encargado de una taquería.
Las calles en la emblemática colonia, que antes de la pandemia lucía abarrotada un sábado de quincena, tras seis meses luce vacía, la mayoría de los restaurantes y bares están cerrados, algunos por las restricciones del gobierno capitalino no permiten que abran, y los otros porque, debido a la difícil situación, ya no podrán abrir más.