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david.fuentes@eluniversal.com.mx
La actividad de los grupos criminales que venden droga al narcomenudeo y que operan en la Ciudad de México ha sufrido cambios. Algunos buscan reagruparse, mientras que otros buscan aprovechar “los huecos” que gradualmente están dejando aquellos que fueron golpeados fuertemente en los operativos realizados en la capital del país por las autoridades federales.
Este “reacomodo” ha desatado una disputa entre diversas células delictivas, la cual se ve reflejada en el incremento de los homicidios dolosos, venganzas y ejecuciones vinculados a la pelea de más de 20 mil puntos de venta de drogas al menudeo.
Desde los abatimientos de Felipe de Jesús Pérez Luna alias El Ojos, líder del Cártel de Tláhuac, a manos de efectivos de la Marina, ocurrido en julio de 2017, en esa demarcación; así como el de Francisco Javier Hernández Gómez, Pancho Cayagua, líder fundador del Cártel de Tepito, en Gustavo A. Madero, quien según las primeras investigaciones fue ultimado por Roberto Moyado Esparza, El Betito, las ejecuciones entre integrantes de estos grupos no han parado.
El Betito, principal contrincante de Pancho Cayagua, se apoderó de la estructura y la cúpula del llamado Cártel de Tepito y se han registrado homicidios.
Tanto en las delegaciones del Sur de la Ciudad de México, como las de la zona centro, los grupúsculos que surgieron después de la muerte de El Ojos y Cayagua —una cometida a manos de elementos de la justicia federal y el otro, a manos de su rival— empezaron a crecer y a intentar adueñarse del control del narcomenudeo.
En este sentido, una radiografía que realizaron las autoridades federales con toda la información proporcionada por el departamento de inteligencia de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJ CDMX), detalla que desde hace 14 meses, tres grupos criminales buscan adueñarse de las 16 delegaciones de la capital del país y, tras la muerte de las dos figuras principales de la delincuencia, se desató una batalla en las calles capitalinas.
El informe detalla que, hasta la fecha, el Cártel de Tepito sigue siendo el más fuerte. Su relación con el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) ha duplicado su fuerza de ataque, pues los grupos delincuenciales del norte los proveen de armas de fuego, así como diversos tipos de estupefacientes como cocaína y cristal.
Este cártel se encuentra diseminado en las delegaciones; Cuauhtémoc, Venustiano Carranza, Iztacalco, Gustavo A. Madero, Azcapotzalco, Miguel Hidalgo y Benito Juárez.
El segundo lugar lo ocupa el Cártel de Tláhuac, El Ojos dejó una estructura muy bien trazada, incluso para el trasiego de drogas en el Estado de México —a través de Valle de Chalco— hacía esta Ciudad, las autoridades consideran que esta célula delictiva se posicionó en las delegaciones; Tláhuac, Milpa Alta, Xochimilco, Iztapalapa, Coyoacán y Tlalpan en donde tienen el control los negocios ilícitos, además realizan delitos como la extorsión y el secuestro.
Al Cártel de Tláhuac se le adjudica también el control de estupefacientes en Ciudad Universitaria (CU) y los alrededores, lo que les deja un margen millonario de ganancias de hasta 500 mil pesos semanales con la ventaja de que en ese punto de venta. Los delincuentes se escudan en la autonomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Sin embargo, las autoridades han detenido a 29 personas por este delito.
El tercer grupo —que en un principio creció bajo el cobijo del Cártel de Tláhuac— es a quienes identifican como Los Rodolfos; la célula delictiva se asentó en la delegación Xochimilco y hasta el año pasado tenía influencia en: Magdalena Contreras, Álvaro Obregón y Cuajimalpa. Está bajo el mando de Rodolfo Rodríguez Morales alias La Gorda, quien según información de las autoridades locales, pactó con El Ojos una alianza una semana antes que el capo de Tláhuac fuera abatido.
El acuerdo se suscitó con el objetivo de que ambos grupos le dieran “guerra” al Cártel de Tepito y gradualmente pudieran extenderse hacia las delegaciones del centro de la capital del país. Sin embargo, con la caída de El Ojos el pacto se disolvió y La Gorda empezó a disputar todas las delegaciones en donde operaba el Cártel de Tláhuac, con ello se desató una serie de homicidios, principalmente en las demarcaciones Coyoacán, Tlalpan, Xochimilco e Iztapalapa.
Con la caída de los dos grandes líderes y capos de la ciudad Pancho Cayagua y El Ojos, los grupos criminales iniciaron una disputa por el control de la venta de drogas en toda la ciudad. Las delegaciones Cuauhtémoc, Venustiano Carranza, Gustavo A. Madero, Coyoacán, Xochimilco, Tlalpan y Cuajimalpa, además de CU son los puntos más deseados debido a la cantidad de clientes potenciales y ganancias que generan, además de la cercanía con el Estado de México.
Esta batalla se ha reflejado en el aumento considerable de hasta 22%, según estadísticas oficiales de la procuraduría capitalina, de los homicidios dolosos que se registraron durante 2017, hechos violentos.
El jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, ha señalado que no existen cárteles como tal en la Ciudad de México, pero reconoció que hay venta de droga al narcomenudeo en siete delegaciones.
A estos tres grupos criminales se les unió una célula más pequeña, a principios de este mes se anunció públicamente a través una narcomanta, que personas armadas colgaron sobre Periférico a la altura de la delegación Tlalpan, se trata de un grupo de narcomenudistas encabezados por José Alejandro El H o Pepe, el hijo de Pancho el Perro.
A este grupúsculo, la procuraduría capitalina le adjudica el incremento de la violencia en Tlalpan, Xochimilco, Coyoacán e Iztapalapa, pues busca quedarse con un “tajo del pastel” de las demarcaciones que actualmente lideran Los Rodolfos. Sin embargo, se estima que la fuerza ejecutiva que tiene El H es menor, por lo que no descartan que se pueda lograr su detención en las siguientes semanas.