El elevador de la calle Columbus trajo un respiro a los vecinos de la parte alta de Álvaro Obregón , pero encontraron un inconveniente: los tres pisos que recorre este transporte dejan en medio algunas casas en donde las personas se ven obligadas a subir o bajar a pie.
“Yo lo usé para que me facilitara traer mis garrafones de agua. Ahorro mucho, y yo no puedo cargar, así que es de muy buena utilidad, sobre todo para la gente grande que no puede hacer tanto esfuerzo físico”, dijo el señor Miguel, quien subió y bajo en el elevador para llenar su garrafones de agua potable.
Dijo que los impuestos son para que los gobiernos hagan este tipo de obras y no “elefantes blancos”.
“Yo creo que lo voy a seguir usando, en este punto ayuda; este (elevador) y más serían útiles (en la zona)”, expresó.
En un recorrido realizado por esta casa editorial, se constató el uso por parte de los vecinos y la viabilidad que ven al usar el elevador.
Sin embargo, hubo vecinos quienes no pensaron los mismos e incluso se quejaron del ruido que genera, cuando apenas es perceptible.
Beatriz, otra de las personas que se han visto beneficiadas, contó que “es mucho mejor, las escaleras eran muy pesadas, más para la gente grande y los que están incapacitados. Ya no hay que subir por otros lados”.
Refirió que antes para poder subir por las escaleras se hacían hasta 15 minutos con todas las paradas que tenían que hacer para tomar aire. Además, que algunas personas llegaban a accidentarse en la bajada, pues en ocasiones se volvían resbalosas.
“Nos queda muy cerca, había que caminar mucho, yo que tengo a mis niños, ya me queda súper bien porque ya no tengo que subir las escaleras”, comentó Beatriz, quien acababa de bajar del elevador acompañada de dos personas de la tercera edad.
Los trayectos son cortos y al interior de la cabina caben hasta cuatro personas, quienes tienen la vista de toda la parte alta de la demarcación. Según contaron las personas, el elevador no ha dejado de funcionar e incluso hubo quienes se quejaron de que todo el día esté en funcionamiento.
Consideraron que debería tener horarios como las escaleras eléctricas, como lo expresó la señora Rocío, quien comentó que incluso el ruido que hace el elevador es alto para las personas que vive a un costado de la obra.
Sin embargo, durante el recorrido no se percibió un sonido alto cuando comenzaba el funcionamiento.