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Oswaldo Macías es policía, sabe cómo disparar un arma y a veces es refuerzo en operativos, pero lo que él hace desde hace 28 años en la Secretaría de Seguridad Pública (SSPCDMX) es cantar. Ese es su trabajo y ha sido reconocido por él.

La Ciudad de México tiene el cuerpo  policial  más grande del país con más de 80 mil agentes; la mayoría hacen patrullajes, detenciones, vigilan negocios, edificios y escuelas, pero también están aquellos que forman parte de siete grupos musicales.

Cuando era niño, Oswaldo aprendió a tocar el piano, un poco más grande sintió agrado por el  rock  y luego, en la adolescencia, se interesó por las series policiacas que veía en la televisión. Aunque al momento de decidir su rumbo profesional eligió ser agente, con los años logró también hacerse de una carrera en la música.

“Desde que era adolescente me llamaba mucho la atención [la labor  policial]… siempre he sido un partidario de la justicia; me indignaba con la situación. He querido poner mi granito de arena para ver a un país mejor. Pero a la par estaba el gusto musical”, dice.

Ya en la Universidad de la  Policía, que antes se llamaba Academia, el cantante supo que la secretaría tenía un área cultural poco conocida.

“Cuando ingresé a la  policía me enteré que había un departamento de cultura y fui a investigar y preguntar de qué se trataba”, cuenta Oswaldo.

Para formar parte de algún grupo musical tuvo que demostrar sus habilidades en una audición en el Museo del  Policía, donde ensaya dos veces por semana junto con el Mariachi Nueva Guardia Nacional.

Desde ese entonces, el  policía  tenor  ha cantado para los jefes de la policía, de Gobierno, embajadores, extranjeros y también para la ciudadanía.

Grandes pasiones. También desarrolló una carrera musical fuera de la SSP que lo ha llevado a ser reconocido por Carlos Cuevas como “su ahijado” y a recibir —en agosto— el premio Micrófono de Oro que otorga la Asociación Nacional de Locutores.

A Oswaldo Macías le gusta ver a la gente y a las cámaras cuando canta, pero también cierra los ojos, de repente alza los pies y hace ademanes. Aunque canta en su mayoría música clásica y regional mexicana, también disfruta de Kiss y Elvis Presley.

Su canción favorita es Gracias a la vida, de Violeta Parra.

A pesar de que hay formación dentro de la SSP para los músicos, el  policía  busca capacitación extra para fortalecer la voz. Antes de salir a cualquier escenario, Oswaldo hace vocalizaciones y aunque no estudia idiomas en forma, aprendió un poco de francés e inglés gracias a la música.

En cinco años el  policía  tenor  se ve retirado; hace poco tiempo un maestro le hizo notar que tenía habilidades también para la ópera.

Orgullo laboral. Al vestir el uniforme azul, Oswaldo ha recibido comentarios buenos y malos, aunque él siempre enaltece la labor de los uniformados: “Paradójicamente, el  policía  es una persona capaz de sacrificar su propia vida por alguien que no conoce, y yo creo que es algo que mucha gente debería de tomar en cuenta para darle el debido respeto a los compañeros  policías”.

En la SSP hay siete grupos musicales: la Banda Sinfónica, el Mariachi Nueva Guardia Nacional, el Mariachi Guardia Nacional, Los Nuevos Tenientes de Anáhuac, la Orquesta Metropolitana, Danzonera Pegaso y Banda Sinaloense.

Aunque su existencia es poco conocida, durante 2017 participaron en 578 eventos y en lo que van de 2018 han estado en otros 127.

El “policía tenor” opina que tal vez hay una ausencia de difusión sobre las actividades culturales en la capital, por lo que la gente no deja de sorprenderse con su labor de agente-cantante.

“Ha sido quizás una falta de promoción… yo creo que deja a un lado el hecho que hay que buscar prevenir. Y cómo se puede prevenir, con el deporte, el arte y la cultura”, dice.

Las agrupaciones musicales de la SSP también son internacionales, específicamente el año pasado el Mariachi Guardia Nacional asistió a Corea del Sur en representación de la Ciudad de México en diversos eventos organizados por la Secretaría de Relaciones Exteriores a través de la Embajada de México y participó en el 25 aniversario del Hermanamiento entre ambas ciudades.

Durante sus presentaciones la gente suele comentarle a Oswaldo sobre su voz y su uniforme azulado. Él, orgulloso de su trabajo, comenta que a las nuevas generaciones se les debe “dar herramientas para poder tener una vida mejor y una mejor pasión para que puedan crecer y desarrollarse como mejores seres humanos”.

Después de hacer una valoración sobre su labor, dice que al final “eligió un camino… yo creo que debe de haber policías que quieran dedicarse al área cultural, pero es como todo, se necesitan aptitudes. Mucha gente nace con ellas y otras las desarrollan. También hay gente que no, como cada ser humano”.

Oswaldo Macías, mientras permanece en uno de los salones del Museo del Policía, dice que aún después de dejar el uniforme, planea continuar con su carrera profesional.

A pesar de que como policía es reconocido en las plazas, también lo es en los programas de televisión donde comparte canciones. Incluso, dice, también le gustaría dar clases a aquellos que como él sienten un placer por la música clásica y el rock.

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