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david.fuentes@eluniversal.com.mx
Un ex convicto, homicida y extorsionador fue asesinado la tarde del miércoles pasado. L a víctima, de nombre José Eduardo, de 28 años, iba rumbo a una entrevista con el agente del Ministerio Público y un juez, a quienes les iba a proporcionar datos relevantes de una célula criminal que opera en el sur de la ciudad y que además maneja el negocio ilícito al interior del Reclusorio Oriente.
Sin embargo, calles después de que abordara un taxi en la puerta de su casa, fue interceptado por dos motociclistas, quienes sin mediar palabra abrieron fuego contra José Eduardo. El ataque fue directo, pues sólo dispararon —con armas de grueso calibre— en la parte trasera del vehículo, justo donde iba el convicto, resultando ilesa su madre, quien lo acompañaba, y el taxista.
El crimen ocurrió en el cruce de las calles Plutarco Elías Calles y Eje-3 Oriente, con dirección a Churubusco. A decir de la madre, el ataque duró apenas unos segundos. Ella pidió al taxista que los llevara a la clínica del IMSS sobre calzada de las Bombas, muy cerca del sitio del ataque, pero al llegar su hijo había muerto.
La señora narró que antes de morir José Eduardo alcanzó a decirle: “Madre, perdóname, me quise componer pero no pude”.
Fue la mujer quien dijo a las autoridades que su hijo tenía apenas una semana de haber salido de prisión, donde estuvo recluido un año y cinco meses por los delitos de extorsión y homicidio. Según su narración, el occiso perteneció a una banda de secuestradores y extorsionadores que fue desmantelada en 2015.
Pero siguió delinquiendo con un cómplice, con quien tuvo diferencias y en 2016 disolvieron la sociedad a balazos. José Eduardo lo mató, pero en prisión se hizo cristiano y accedió a colaborar con las autoridades y a proporcionar información de cómo operan las mafias dentro del Sistema Penitenciario capitalino y en las calles de las alcaldías del sur de la ciudad.
De acuerdo con la narración de la mujer, los enemigos de su hijo se dieron cuenta de que iba a declarar ante las autoridades y por eso tomaron la decisión de matarlo. Ahora ella exige justicia y que los agresores sean castigados.